El Villarrubia rema hasta sacar un valioso y meritorio empate ante el poderoso Melilla
El Formac Villarrubia tuvo que remar durante todo el partido para sacar un valioso empate frente al poderoso Melilla. Los de Javi Sánchez nunca perdieron la fe y, con un final de encuentro plagado de oportunidades, consiguieron salvar un punto frente a un rival de los importantes.
El choque empezó con los locales mejor asentados sobre el campo que su oponente. Sin embargo, les faltaba a los blanquiazules cierta profundidad para poner en mayores dificultades a un Melilla que parecía sentirse cómodo en las tareas defensivas. Y es que los norteafricanos se esforzaban por no cometer errores a la espera de su oportunidad para adelantarse.
Esta ocasión que les permitió elevar el 0-1 en el marcador acabó llegando en el tramo final de la primera mitad. Una falta alejada la consiguió cabecear a la red Alberto González tras adelantarse a toda la defensa y haciendo inútil la estirada de Xabi Irureta. Sin tiempo para reaccionar, el Villarrubia tuvo que enfilar por detrás en el marcador el camino de los vestuarios.
Segunda Mitad
En la segunda parte, mejoró de forma ostensible un Villarrubia que, eso sí, también sufrió algún susto que pudo dejar el choque prácticamente sentenciado. Y es que el Melilla tiene pólvora en la vanguardia y, de la nada, generó alguna oportunidad como un envío envenenado de Quesada que Xabi Irureta tuvo que mandar a saque de esquina.
Los norteafricanos seguían apostando por el control pero el cuadro de Javi Sánchez fue dando paulatinamente pasos adelante. Con todo, el orden les bastaba a los visitantes para llegar al tiempo de descuento con ventaja en el marcador, a pesar de que un cabezazo de Colinas pudo romper su entramado defensivo.
Comenzó entonces un largo periodo de tiempo añadido por las interrupciones que se habían registrado y el Villarrubia lo apostó todo al tanto del empate. Otra vez Colinas con un disparo y después Arcas con un cabezazo rondaron el tanto, pero el premio gordo estaba destinado a entregarse justó en el último suspiro. En un buen saque de esquina botado al primer palo Toni Seoane se anticipó al resto y cabeceó con fuerza sobre la portería melillense. Gálvez adivinó la trayectoria y llegó a tocar la pelota, pero ésta acabó entrando en su meta llorando y concediendo un punto a un cuadro blanquiazul que lo había merecido.