Se ha puesto fin al culebrón de Nacho Huertas en el Villarrobledo y con el epílogo que se esperaba. El atacante ha rescindido su contrato con la entidad rojilla después de más de un mes de negociaciones. La falta de 'feeling' con el técnico ha propiciado que la entidad albaceteña tenga que decir adiós a uno de sus jugadores más determinantes.
Ha sido el propio club albaceteño el que ha anunciado la marcha cantada del delantero, que en la propia entidad ya están echando de menos. No en vanos, ha sido el propio Villarrobledo el que ha mostrado su agradecimiento al jugador por sus "dos temporadas y media y 23 goles" anotados con la elástica rojilla.
El futbolista, en unas palabras recogidas por el diario La Tribuna de Albacete, ha señalado que "después del partido con el Villarrubia me llamó el presidente porque no le cuadraba lo que estaba pasando. Yo venía de meter dos goles en Badajoz y ese día me quedo en el banquillo y estoy 40 minutos calentando para no salir. Estaba claro que ahí pasaba algo extradeportivo". En el mismo medio, ha explicado que desde entonces "la situación con el entrenador era irremediable. Era una lucha de egos. El equipo último, con un punto, te pones en lo peor y si así iba a ser la situación hasta final de año mal vas. Han sido casi 30 días de negociación. Entiendo que tampoco era una situación fácil para el club".
Duro trabajo
Ahora, el Villarrobledo tendrá que realizar un notable esfuerzo para encontrar refuerzos en el mercado si quiere dar un golpe a su complicada situación y sumar puntos que le permitan alcanzar la salvación. Tras la marcha de Nacho Huertas y Chico, al club del Barranco del Lobo no quedará más remedio que trabajar en los despachos para completar una plantilla que se ha quedado descompensada.