El Villarrubia resiste en Melilla para sumar tras una segunda parte muy complicada
El Formac Villarrubia volvió a sumar y esta vez lo hizo en un campo complicado. No en vano, los de Javi Sánchez consiguieron puntuar en casa de un Melilla que apretó mucho en la segunda parte y que pudo merecer un mejor botín, pero los castellano-manchegos consiguieron resistir para no irse de vacío de su visita a tierras norteafricanas.
Eso sí, fueron los visitantes los que mostraron un mejor tono en el inicio del partido. Si bien no gozaron de ocasiones excesivamente claras, el peligro que llevó Iván Bueno por su banda sembró una sensación de inquietud en la zaga melillense que derivó en varios acercamientos. Tardó en llegar, eso sí, el primer tiro de cierta enjundia, con un lanzamiento de Toni Seoane al que le faltó algo de potencia.
Con el rival desconectado pudo marcharse con ventaja al descanso el Villarrubia, en una acción que hubiera cambiado el signo del partido. Fue al borde del receso, en el minuto 45, cuando un envío desde la izquierda lo acabó cabeceando Carlos Martínez. Sin embargo, el balón pareció estrellarse en el larguero después de salvar la interminable estirada de Rubén Gálvez.
Segunda Mitad
En la segunda parte, el decorado cambió por completo. No sufrió el Villarrubia un asedio interminable o incesante del Melilla, pero sí se vio a los azulones disfrutando de ocasiones muy claras como para tener que conformarse con el empate a cero.
La tendencia se iba inclinando hacia los locales y fue ya en el último cuarto hora cuando al Villarrubia se le pudo escapar el punto que tenía en su poder en ese momento. En especial, tras una acción al espacio para la carrera de Borja que acabó con un centro raso de éste al área, donde Iker remate contra el larguero cuando lo tenía todo a su favor.
No fue el único susto que sufrió el Villarrubia, puesto que ya en los últimos compases Borja encontró un buen socio en Éder, al que asistió para que prácticamente a bocajarro no fuera capaz de superar la maraña de piernas con la que se topó en el momento del remate. Fue la última gran oportunidad de los melillenses, que no pudieron vencer la resistencia de un cuadro ciudadrealeño que al menos no se volvió de vacío.