Como muchos niños, desde pequeño Álvaro Peral soñaba con convertirse en futbolista profesional y emular a su ídolo Íker Casillas. Pronto despuntó como portero en las categorías inferiores del Albacete Balompié, lo que despertó el interés de varios equipos importantes como Valencia o Real Madrid. Con 14 años decidió aceptar la oferta que le había puesto sobre la mesa el Atlético de Madrid y en tan solo cuatro temporadas se vio haciendo la pretemporada con el primer bajo la batuta de Simeone, ese Atlético de Madrid que ese mismo año ganó la liga y fue finalista de la Champions League frente al Real Madrid. Sin embargo, lo que parecía un prometedor futuro en la élite se truncó derivando en un oscuro túnel que le sumió en una profunda depresión que como él mismo reconoce le puso al borde del suicidio.
"Cuando volví de la pretemporada tenía una oferta de renovación del Atlético de Madrid, pero hablo con mi representante de entonces y me dice que no la acepte; que él cree que mi futuro está en Inglaterra," cuenta Álvaro en Movistar. El club que más fuerte apostó por él fue el Charlton, que le ofreció un contrato de 300.000 libras. "Cuando firmé el contrato llamé a mi madre y la dije que no se preocupara por la hipoteca, que yo se la pagaba," recuerda.
Lo que no imaginaba Álvaro era lo que ocurriría un día después. "El club se puso en contacto conmigo diciéndome que mi representante había pedido 10.000 libras y que ellos no aceptaban tener un jugador que les podía engañar, y que por lo tanto rompían el contrato." Así fue como el sueño empezó a convertirse en una pesadilla. De pronto se vio sin equipo con el mercado cerrado en España y sin saber donde ír. Una situación, como él mismo cuenta "para la que no estaba preparado por no haber llegado a ser lo que debería haber sido en el mundo del fútbol."
Tras pasar por varios equipos de Segunda División B y Tercera, Álvaro Peral tocó fondo. "El límite fue intentar el suicidio. Mi cabeza dijo hasta aquí Álvaro, apártate porque no tienes que seguir con esto." Por suerte para él, supo llamar a las puertas correctas y superar una situación límite para volver a ilusionarse con el fútbol en la UD Almansa, equipo del Grupo XVIII de Tercera RFEF.
Ahora, el cancerbero ha querido contar su historia para que sirva de ayuda para todos los que está pasando por situaciones similares: "Tengo un trastorno límite de personalidad y sigo jugando al fútbol, tengo una vida absolutamente normal. No pasa nada porque vayas al psicólogo y reconozcas que tienes un problema. Igual que te lesionas un tobillo, la cabeza puede estar lesionada y no lo sabes."
Una historia de superación donde Álvaro ha sido capaz de vencer al fracaso y hacer pedagogía poniendo en valor la importancia de cuidar nuestra salud mental.