El Albacete se juega este sábado, a las 18 horas, ante el Deportivo de La Coruña el ascenso a Segunda división en el estadio rival, Riazor, un estadio en el que espera vencer para regresar a la categoría de plata del fútbol español.
Lo hará con el apoyo de cerca de 3.000 seguidores que estarán en clara minoría en el feudo coruñés, pero que no cejarán en su empeño de animar a un club que descendió la temporada anterior tras cuatro temporadas consecutivas en Segunda.
Sólo le vale la victoria en una eliminatoria final de play-off en la que, si acabara empate el encuentro, tendrían que irse a una prórroga tras la cual, de persistir la igualada, saldría ganador el conjunto gallego por haber acabado la temporada regular en mejor posición.
“Personalidad y estabilidad”
El técnico del cuadro blanco, Rubén De la Barrera, ha esgrimido como argumentos para que su equipo tenga opciones de ganar la “personalidad y estabilidad” aunque ha declarado también que “el que marque el primer gol también puede tener mucho a su favor en este partido”.
Asimismo, ha puesto el acento en la importancia de “saber manejar las emociones en un encuentro de estas características en el que a ellos les puede pesar el jugar en casa y con la obligación de ganar para ascender”, ha remarcado.
El preparador coruñés ha reconocido que “es el partido que no querríamos tener ni el Deportivo ni yo, pero tenemos que afrontarlo con la profesionalidad y responsabilidad que requiere y hacer el partido más competitivo posible”, ha resumido.
De la Barrera ha convocado a 23 jugadores para esta cita tan trascendental para la que también viajan los lesionados de larga duración con el propósito de que todo el vestuario se una por un bien común.
El central y capitán, Gálvez, vuelve a la convocatoria tras cumplir un partido de sanción en la semifinal ante el Rayo Majadahonda y todo hace prever que De la Barrera saldrá con un once inicial muy parecido al que alineó el pasado sábado.