El conquense Jesús Herrada se queda a las puertas del éxito en Mont Aigoual
Aleksander Lutsenko (Astana), campeón de Kazajistán, conquistó en solitario la inédita cima del Monte Aigoual, meta de la sexta etapa del Tour de Francia, en la que fue segundo el conquense Jesús Herrada (Cofidis) y el británico Adam Yates (Mitchelton) retuvo el maillot amarillo.
Lutsenko impidió el sueño de Herrada, impotente ante un ritmo implacable del ciclista del Astana, quien se presentó en meta con tiempo para ajustarse el maillot y celebrar a su antojo su primera victoria en el Tour.
El vencedor cruzó la meta con un tiempo de 4h.32.34, en jornada rápida que se cerró a 42 por hora. Por detrás, exhausto, entró Herrada a 55 segundos, "apenado por haber visto opciones de ganar". El belga Van Avermaet y el americano Powlees (EF) a 2.15 minutos y los favoritos con Alaphilippe 1 segundo por delante a 2.52.
Otra jornada sin pelea entre los favoritos, tal vez empeñados en reservar fuerzas para las última semana. Día sin apuros para Adam Yates, que lució por primera vez el maillot amarillo. En la general le siguen los eslovenos Roglic y Pogacar a 3 y 7 segundos respectivamente y el resto de favoritos, con Bernal, Mikel Landa, Dumolin y Quintana a 13.
Herrada cogió la fuga buena
Esta vez sí hubo fuga, y además triunfó. Fue propiciada de inicio por Jesús Herrada (Cofidis), quien se incrustó en un potente grupo de 8 que asumió la aventura por las carreteras del Macizo Central.
Mucha calidad en la avanzadilla: Nicolas Roche (Sunweb), Neilson Powless, el nativo americano de la tribu Oneida que cumplía 24 años, Boasson Hagen (NTT), Daniel Oss, Cavagna (Deceuninck), Alexey Lutsenko (Astana) y el belga campeón olímpico Greg Van Avermaet (CCC), el mejor clasificado a 3.17, líder virtual en buena parte de la etapa.
Juntos y con buena armonía pasaron la primera de las 4 dificultades concentradas en los últimos 35 kilómetros, el Cap de Coste (3ª), donde el Jumbo Visma tiró del pelotón para reducir diferencias. En el descenso caída de Enric Mas, sin consecuencias.
Avermaet ya no era líder virtual en la cima del Col de Mouzéres (3a), víctima del impulso de Ineos tirando a bloque en la subida. Bernal movió a sus tropas, que coronaron a 2.37 de la fuga.
El punto caliente del recorrido era el Col de la Lusette, un primera inédito de 11,7 kms de carretera estrecha, bacheada, con tramos de grava y porcentaje medio del 7,6 por ciento y tramos del 10.
En las primeras rampas atacó primero Powlees para eliminar algunas unidades, pero la respuesta de Lutsenko fue contundente. Despegó en solitario y poco a poco fue abriendo una diferencia inalcanzable. Coronó el puerto con Herrada a medio minuto sobre un resucitado Herrada y 3 sobre un pelotón que dirigía el Ineos con Castroviejo de locomotora.
Herrada se queda a un paso
Lutsenko, buen contrarrelojista, desafió los últimos 10 kilómetros que iban a desembocar en la meta inédita del Mont Aigoual (1.560 metros), no puntuable, poco exigente y de enorme belleza, ya que desde su cima que alberga la última estación meteorológica de montaña de Francia en funcionamiento, se divida una cuarta parte del país: el Mediterráneo, los Alpes, los Pirineos...
A ese singular paraje llegó Lutsenko con honores, lanzando besos, gestos de ponerse el chupete y la alegría de alcanzar a sus 27 años la victoria más importante de su carrera, y la primera de la temporada. En la Vuelta se dio a conocer en 2017 ganando en Alcossebre.
El gozo en un pozo para Herrada: "Ha sido una pena porque lo vi cerca y lejos, las victorias en el Tour son caras, lo di todo al final pero me faltó fuerza", admitió el ciclista conquense.
En el grupo de favoritos aún se preocupó el Mitchelton de Yates en echar una mano en la última subida, con Mikel Nieve. Nadie se animó a alterar el orden. Solo Alaphilippe en los últimos metros arranco por el botín de 1 segundos. Bandera blanca entre los hombres de la general.
Este viernes nueva oportunidad para los esprinters con la séptima etapa que se disputará entre Millau y Lavaur, de 188 kilómetros.