Madrid y País Vasco liderarán este año el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), con un 2,8 y 2,7%, respectivamente, ambos por encima de la media española, que se quedará en el 2,4%, según el Observatorio regional correspondiente al primer trimestre elaborado por BBVA Research. Castilla-La Mancha será una de las regiones que se sumarán a este crecimiento.

De cara al 2020, Euskadi liderará el crecimiento en el Estado con un 2,3%, empatando con Madrid y Galicia, mientras la media española se quedará en un 2%.

No obstante, este crecimiento del PIB vasco este ejercicio no se traducirá en un aumento similar del empleo, que solo subirá un 1,3%, muy por debajo de la media española, que llegará al 2,1%. Solo Asturias (+1,1%), experimentará un crecimiento del empleo inferior al de Euskadi.

El informe indica que de cara a 2019, las mayores correcciones de la previsión se producen en el crecimiento de Canarias, Cataluña y Madrid (dos décimas al alza). Por el contrario, el aumento del PIB esperado para Asturias se reduce en cinco décimas, mientras que en Aragón, Cantabria y Castilla y León se reduce en tres.

Como resultado, el crecimiento seguirá liderado por Madrid y el País Vasco, a las que se unirán Galicia, La Rioja, Castilla-La Mancha y Cataluña. Mientras, Asturias, Illes Balears y la Región de Murcia serán las comunidades menos dinámicas.

EXPORTADOR DE BIENES

Asimismo, el estudio afirma que en 2020 el proceso de convergencia de las regiones del Norte continuará, y se espera que sean éstas las que lideren el crecimiento del PIB, apoyadas por el dinamismo de su sector exportador de bienes.

El reducido margen de expansión fiscal en las comunidades del Levante, y un turismo menos vigoroso como consecuencia de un crecimiento menor del consumo de los hogares, tanto en España como en los principales países de origen del turismo exterior, limitarán en mayor medida la expansión de la actividad en estas regiones.

En términos de PIB per cápita, la combinación de un mayor crecimiento del PIB con una demografía más desfavorable conducirá a que, en el conjunto del periodo, las comunidades del Norte avancen rápidamente en su proceso de convergencia.

"Por su parte, las del Sur peninsular o Canarias, con mayores crecimientos de la población y un menor aumento de la productividad, verán paralizada temporalmente su mejora del PIB relativo", asevera BBVA Research.

ESCENARIO FAVORABLE EN EL NORTE

El Observatorio regional apunta que los fundamentos de la economía española permiten anticipar que el crecimiento continuará, si bien a un ritmo cada vez más moderado. El aumento del PIB podría alcanzar el 2,4% en 2019 y ralentizarse hasta el 2,0% en 2020 debido al agotamiento de factores cíclicos, a la menor contribución de la política fiscal, a problemas en sectores específicos (automóvil, turismo) y a la persistencia de la incertidumbre sobre la política económica.

A nivel regional, esto implica que la redistribución del crecimiento apuntada en observatorios anteriores continuará, si bien a un ritmo menos marcado de lo esperado inicialmente. Así, el escenario estará caracterizado por cuatro aspectos: la desaceleración del consumo privado, el mantenimiento de la inversión, la mejora de las exportaciones de bienes y un menor dinamismo del sector turístico.

En el lado del gasto en consumo privado de las familias, la tendencia de desaceleración continuará, aunque podría ser parcialmente compensada por el impulso a los salarios en el sector público y el de las pensiones. El primero, con mayores efectos en el oeste peninsular, donde los funcionarios tienen un mayor peso en el empleo. Y el segundo, en el norte, ya que esta fuente de renta tiene más peso.

La otra medida que puede afectar a la distribución de la renta disponible, pero con impactos más inciertos, es el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros. Sobre el papel, el número de potenciales beneficiarios de esta medida es mayor en Canarias, Extremadura, Andalucía y la Región de Murcia, mientras que el margen de corrección salarial como consecuencia de esta medida es menor en el País Vasco y las comunidades del valle del Ebro.

Sin embargo, el mercado laboral también se ve sometido a menos presiones de oferta en las primeras, con mayores tasas de paro e índices de temporalidad y menores niveles de capital humano. Si el aumento del coste de la mano de obra se traduce en una menor demanda de empleo en tramos bajos de salarios, el impulso sobre la renta disponible de las comunidades del sur de España podría ser menos favorable.