El 25,3% de las empresas señala que el aspecto que impactó más desfavorablemente en sus negocios durante el año 2018 fue la fiscalidad, seguido del entorno macroeconómico, la regulación económica, la morosidad y la demanda de sus productos.
Así lo recoge una encuesta de opinión sobre el entorno empresarial realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la última quincena de 2018 sobre una muestra de establecimientos que cubre todo el territorio nacional, todos los sectores económicos y los distintos tamaños de los establecimientos.
En concreto, el 25,3% de los gestores empresariales encuestados por el INE señalan la fiscalidad como el elemento que impactó más negativamente en su negocio durante el año pasado. Le siguen el entorno macroeconómico (24%), la regulación económica (22,7%), la morosidad (21,5%) y la demanda de sus productos (21,2%).
Con porcentajes de entre el 10% y el 16% se citan los costes judiciales, los costes 'input', la disponibilidad de financiación, la adecuación del capital humano y la eficiencia del mercado de trabajo, mientras que los aspectos que menos impacto negativo tuvieron sobre el negocio fueron las infraestructuras (8,6%) y la insuficiencia de equipamiento (7,2%).
Los impactos más favorables en el negocio vinieron de la mano de la demanda de sus productos (16,4%), la disponibilidad de financiación (11,3%) y el entorno macroeconómico (10,6%).
Fiscalidad desfavorable
La fiscalidad fue el componente con mayor impacto desfavorable par para construcción, transporte y hostelería, mientras que el entorno macroeconómico lo fue para la industria y el comercio. Para los otros servicios, el factor más negativo fue la regulación económica.
Para las empresas más pequeñas, de menos de 10 asalariados, la fiscalidad es el componente más negativo para su negocio, mientras que para el resto de tamaños lo fue el entorno macroeconómico.
Para las empresas, los componentes del entorno empresarial a los que dan mayor importancia para su capacidad de crecimiento son la demanda de sus productos (51,1%), el entorno macroeconómico (36,4%) y la regulación económica (33,2%). Los dos primeros ya fueron considerados los más importantes en 2017.
Por el contrario, factores como los costes judiciales, la insuficiencia de equipamiento o las infraestructuras son considerados por las empresas como de escasa importancia para la capacidad de crecimiento de sus negocios.