El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, Emiliano García-Page, ha avanzado que en la primera reunión que mantenga tras las elecciones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le planteará una armonización fiscal de todas las comunidades autónomas para poner fin al 'dumping fiscal', al tiempo que se ha comprometido a no subir impuestos en la próxima legislatura.



En un desayuno informativo organizado por el periódico La Tribuna de Toledo, al que han acudido varios centenares de personas, el presidente castellanomanchego ha señalado que, en Castilla-La Mancha, más que subir impuestos podría plantear a empresarios y sindicatos una bajada de impuestos en la próxima legislatura, sobre todo teniendo en cuenta que la región ha cumplido con el déficit, el objetivo de deuda y la regla de gasto y después de que se haya sustanciado el debate de la financiación autonómica.



En cualquier caso, ha descartado que se pueda producir una subida impositiva en la próxima legislatura. 



García-Page ha explicado que su propuesta de armonización fiscal se la planteará al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quien previsiblemente se mantendrá en La Moncloa, y dando por hecho que él mismo repetirá como presidente de la Junta de Comunidades, tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo, en la primera reunión que mantengan ambos dirigentes tras las sucesivas citas con las urnas. 



También ha avanzado que lo planteará en una Conferencia de presidentes autonómicos, para que el "Estado en su conjunto plantee una racionalización y una convergencia fiscal de impuestos". 



Para García-Page, la competencia fiscal entre comunidades autónomas "no solo es injusto", sino que además es contrario al espíritu del Estado de las Autonomías, que nacieron "no para agrandar las brechas de renta, sino todo lo contrario". 



Incluso ha opinado que aquellas comunidades autónomas que plantean rebajas fiscales "están incapacitadas" para ir a la Conferencia de Presidentes o a la Moncloa a "pedir más dinero", porque "las comunidades que están que lo tiran en términos económicos, en gastos o en ingresos, tendrían que ser consultadas en último momento" en cuanto a la financiación autonómica por un "principio de responsabilidad". 





En conjunto, el presidente castellanomanchego ha desgranado una serie objetivos del país de cara a la legislatura que comienza, uno de ellos la cohesión territorial y social y, en este sentido, ha subrayado que es "necesario reclamar un nuevo marco de financiación". 



Incluso ha afirmado que le gustaría que Sánchez lo planteara en su discurso de investidura y recogiera el "debate que ya ha calado en España" para que tuviera en cuenta que la prestación de los servicios públicos cuesta de manera distinta en función de la dispersión de la población. 



"Este debate se tiene que abrir en no tardando", ha expuesto García-Page. 



Otro de los objetivos de la legislatura es, a juicio del presidente castellanomanchego, el problema del independentismo catalán, un tema sobre el que "no hay margen para la autodeterminación" y ha propuesto "ayudar a los independentistas a sacar la pata", una tarea en la que ha pedido que colaboren el resto de instituciones. 



También ha propuesto que todos los partidos y el Gobierno central alcanzaran un compromiso para defender ante la UE el mantenimiento del presupuesto de la PAC y que se firme un nuevo Pacto de Toledo por la estabilidad de las pensiones.