La Administración regional de Castilla-La Mancha tuvo un déficit de 433 millones de euros en los primeros ocho meses del año, lo que supone el 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Autónoma, situándose por encima del objetivo anual del 0,3%, que según los datos publicados este martes por el Ministerio de Hacienda.
El conjunto de las Comunidades Autónomas registraban en agosto un déficit público del 0,21%, un total de 2.576 millones de euros en los primeros ocho meses del año, frente al superávit de 1.092 millones de euros (0,09%) que registraron en el mismo periodo del año pasado, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Hacienda.
Pese a ese dato general, cinco comunidades arrojaban en agosto superávit frente a las diez del año pasado en esta situación. Se trata de Canarias (1,3% de superávit), País Vasco (0,63%), Navarra y Baleares (0,16%) y La Rioja (0,06%).
Otro grupo de autonomías cerraron ese mes con déficit, pero dentro del objetivo del 0,3% que tienen que cumplir en 2019. Son seis: Galicia (0,33), Andalucía (0,19), Asturias (0,17), Baleares (0,16), Cataluña (0,13) y Madrid (0,09).
El resto superaba ya en agosto el objetivo anual y en algún caso, muy ampliamente. Extremadura presentaba un déficit cinco veces superior (1,57), seguida de Castilla-La Mancha (1%), Murcia (0,95%), Comunidad Valenciana (0,77), Castilla y León (0,67%), Cantabria (0,63%) y Aragón (0,56).
Los ingresos de las Comunidades aumentaron hasta ese mes un 2,2%, aunque apunta Hacienda que se trata de una comparativa no homogénea. El gasto no financiero creció un 5,4%, en especial la remuneración de asalariados, que creció el 6,1%, cifra ya homogénea al incorporar en ambos ejercicios el impacto de la subida salarial (del 1,75% en 2018 y del 2,5% en 2019).
Las transferencias sociales en especie crecen un 3,7%, destacando el aumento del gasto en conciertos sanitarios (4,9%) y en conciertos educativos (4,3%), entre otros.