Las Oficinas de Promoción Turística de Castilla-La Mancha situadas en la Puerta de Bisagra de Toledo y en la Gran Vía de Madrid han reabierto sus puertas y retomado la atención presencial al visitante tras la suspensión de su actividad con motivo de la declaración del estado de alarma provocado por el COVID-19, adoptando las medidas de seguridad que garanticen la prestación del servicio con las máximas garantías higiénico-sanitarias.
Para ello, las oficinas han incorporado todas las medidas de protección recomendadas por el Instituto para la Calidad Turística (ICTE) y está previsto que se solicite la certificación Tourism Safe Certified, que, previa auditoría, supone una marca de garantía sobre la implantación del Sistema de Prevención de Riesgos para la Salud frente al COVID-19.
Ambas oficinas de turismo han reanudado este miércoles su actividad después de haber adaptado su funcionamiento a las normas de seguridad para cumplir con las recomendaciones sanitarias. Así, y en el marco de las medidas de protección que recomienda el Instituto para la Calidad Turística Española, todo el personal lleva mascarillas de protección y tiene a su disposición hidrogel dentro de la zona de seguridad que delimitan las mamparas de seguridad que se han colocado en los diferentes puestos de atención, y el lavado de manos es frecuente.
Todos los puestos de trabajo están a más de dos metros de distancia y hay tres puntos de atención individual, en los que solo se atenderá a una persona por cada informador turístico, pudiendo atenderse a siete personas como máximo, ha informado la Junta en un comunicado.
Además de la instalación de las mamparas homologadas de seguridad, se han instalado dispositivos electrónicos y manuales dispensadores de hidrogel por toda la oficina, además de toallas de papel para el secado de manos y papeleras de pedal. En el espacio de atención al público hay instalada cartelería que recuerda y especifica todas las medidas de seguridad y se ha rediseñado el tránsito de visitantes por toda la oficina para que éste se haga con la máxima garantía de seguridad: con una sola entrada y una salida y delimitando las distancias de seguridad a guardar en la espera a la atención al público.
Asimismo, los folletos y el material divulgativo sólo se entregarán en mano, garantizando que no se rompe la cadena de higiene, ya que se recepcionan en una zona aséptica por informadores con guantes recién desinfectados, y no se dispone de ellos en expositores.
La puesta en marcha de esas medidas de seguridad quiere suponer una garantía de que la atención al público en estos espacios se presta de manera segura, y por eso está previsto que se solicite la obtención de la certificación Tourism Safe Certified que otorga, previa auditoría, otorga el ICTE como garantía y certificación de la implantación del Sistema de Prevención de Riesgos para la Salud frente al COVID-19.
Entre las medidas de seguridad adoptadas está también la eliminación de cualquier elemento que pueda favorecer la concentración de visitantes en zonas de posible riesgo de contagio, como sofás y sillas de espera, y se ha establecido una limpieza y desinfección durante al menos dos veces al día, ventilando con frecuencia los espacios.
También se ha puesto en marcha un registro de proveedores, mantenimiento y limpieza para que todo el personal que entre en la oficina y manipule espacios fuera de los de atención al público aparezca recogido, con sus datos de contacto, para posibles seguimientos.
La reanudación de la actividad en las oficinas se ha hecho en sus servicios de información turística, que en poco tiempo se combinará de manera presencial y de manera telemática, y también se van a llevar a cabo las sesiones formativas, también en ambas modalidades. Por el momento no se han retomado actividades como presentaciones, talleres y catas, en espera de conocer las directrices sanitarias para la celebración de este tipo de eventos.