Los inmuebles continúan siendo uno de los principales activos de las familias españolas. Después de la crisis de 2008, y a causa de la burbuja inmobiliaria, la vivienda perdió reputación, pero poco a poco, las familias españolas han vuelto a apostar por este importante mercado, que ha seguido una evolución ascendente en la última década impulsado por unos tipos de interés negativos y el consecuente abaratamiento de las hipotecas.
La crisis de la covid-19 ha amenazado esta tendencia, después de un 2019 donde se batieron todos los registros en inversión inmobiliaria tras alcanzar los 35.000 millones de euros y un primer trimestre del año donde la alegría inversora continuaba.
El estado de alarma y el confinamiento cambió todo, y la inversión inmobiliaria se desplomó un 75% en el mes de marzo en términos interanuales. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de transacciones inmobiliarias descendió en más de 100.000 operaciones entre marzo y julio con respecto al mismo período del año anterior. Este año, la compraventa de vivienda ha caído un 11,2% en términos interanuales, según datos de Tinsa.
Esta situación ha tenido un impacto directo sobre el precio de la vivienda, que ha caído ya un 2,2% en octubre de 2020 con respecto al mismo mes del año anterior. Eso sí, el precio de la vivienda no se ha comportado de igual modo en todas las zonas de España. Así, las grandes capitales y ciudades y las costas mediterráneas son las que han acumulado buena parte de este desplome, ya que el precio de la vivienda ha caído, de media, un 2,6 y un 6,7%, respectivamente.
Más stock y precios más bajos
La actual situación sanitaria está provocando un aumento de la oferta de viviendas sin precedentes, lo que puede tener un impacto significativo directo sobre su precio, especialmente en las grandes ciudades, como consecuencia del teletrabajo y las nuevas formas de movilidad, que pueden ajustarse a la baja.
No en vano, al final del estado de alarma, el stock en venta aumentó de media un 17% en junio frente a mayo, mientras que el de arrendamiento se disparó un 35% en la ciudad de Madrid. En Barcelona, por su parte, la oferta de viviendas a la venta se incrementó un 10% frente al 21% de los alquileres, según informa la Encuesta de Sensibilidad Inmobiliaria (ESI), publicada por Idealista.
Las previsiones de los expertos indican que la evolución de los precios y la disponibilidad de los inmuebles dependerán de cómo transcurra la pandemia en los próximos meses, aunque el paquete de medidas de los bancos centrales, que sigue manteniendo los tipos de interés en niveles bajos, sin duda será un impulso para el mercado inmobiliario.
No obstante, los expertos recomiendan valorar todos los pros y los contras a la hora de comprar una vivienda. La inversión en bienes inmuebles es una alternativa atractiva para muchas personas, aunque es imprescindible planificar el ahorro para la compra de una vivienda con el objetivo de evitar inconvenientes en el futuro.