Aunque el PIB real en España se ha triplicado entre 1975 y 2019, existen grandes diferencias entre las distintas comunidades autónomas. Según el informe 45 años de evolución económica y empresarial de las CCAA en España, elaborado por la Cámara de España y el Consejo General de Economistas, Castilla-La Mancha ha pasado de tener un peso del 3,47% en 1975, el último año de la dictadura franquista, al 3,39% en 2019, un 0,08% menos, justo antes del estallido de la pandemia que ha sacudido por completo las series estadísticas. Un retroceso que contrasta con los avances de Madrid (+2,35%), Andalucía (+0,58%), Canarias (+0,56%), Murcia (0,50%+) o Comunidad Valenciana (+0,42%). También han experimentado incrementos de su PIB Baleares (0,38%), Navarra (0,14%), La Rioja 0,11%) y Extremadura (0,05%).
No obstante, el informe señala un grupo de comunidades donde el desplome ha sido más profundo que en Castilla-La Mancha, como son los casos de País Vasco (-1,83%), Asturias (-1,16%) y Castilla y León (-0,95%), donde ha influido tanto la desindustrialización del territorio como el envejecimiento demográfico y el abandono de buena parte de su población. Junto a estas comunidades, han visto igualmente descender su PIB Galicia (0,40%), Cantabria (0,30%), Cataluña (0,30%), y Aragón (0,09%).
Simultáneamente, el desarrollo del Estado autonómico ha supuesto que el endeudamiento se haya disparado en todos los territorios, aunque las diferencias son muy sustanciales. Así, el endeudamiento de Castilla-La Mancha alcanza el 35,1% del PIB, tan sólo superada por la Comunidad Valenciana (42% del PIB). Sin embargo, en el caso de nuestra Comunidad llama especialmente la atención que en 1994 (fecha que utiliza el estudio por el distinto desarrollo de competencias) tenía la deuda más baja de toda España, el 2,55% del PIB, y al término del año 2019 era la segunda región más endeudada.