Un entierro en Ciudad Real cuesta 1.900 euros más que en Albacete. Así se extrae del último informe publicado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que ha acudido a 113 funerarias de 29 ciudades españolas para solicitar presupuestos de inhumación y de incineración.
Según ha explicado la Organización, se buscaba un servicio sin lujos ni extras, pero digno y ajustado a la costumbre de cada ciudad. La petición era enterrar en el cementerio de la localidad alquilando un nicho durante un periodo mínimo de 5 años. Así, como resultado, un sepelio discreto cuesta de media 3.739 euros, y un servicio de cremación, 3.617. No obstante, el precio varía dependiendo de la ciudad.
En Castilla-La Mancha, por ejemplo, Albacete es la ciudad más barata para celebrar un entierro (2.780 euros). Le siguen Cuenca (3.057 euros), Toledo (3.559 euros) y Ciudad Real (4.721 euros). Eso sí, existen grandes diferencias de precio dentro de una misma ciudad según la funeraria contratada: para un entierro, el ahorro posible puede alcanzar los 1.318 euros en Ciudad Real, los 917 euros en Cuenca y los 680 euros en Toledo.
Así, la OCU indica que el ahorro medio posible en Castilla-La Mancha es del 23 %, similar para una cremación. Por ello, aunque no sea una práctica extendida, es recomendable pedir al menos un par de presupuestos diferentes.
A nivel nacional, Vigo es la ciudad más cara del estudio, superando los 5.000 euros, y lo mismo ocurre en Alicante, Santander, Madrid o Pampona. Sin embargo, morirse en Zaragoza, Cádiz, Albacete, Logroño o Tenerife sale bastante más barato, ya que en ningún caso el entierro llega a los 3.000 euros.
El féretro, lo más caro
De los servicios funerarios consultados por la OCU, el féretro, arca o ataúd es el apartado más caro: un modelo común sin lujos especiales cuesta entre 600 y 1.300 euros, aunque la media ronda unos 1.200 euros.
En cuanto al cementerio, el precio marca diferencias: desde la inhumación a las tasas por el alquiler, la media puede suponer casi 650 euros. Y el alquiler del tanatorio durante un día cuesta 546 euros, a lo que también hay que sumar otros gastros como esquelas, flores, coche fúnebre, preparación del cuerpo o gasto de personal.