La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Toledo ha denunciado que desde que se iniciara la temporada de riego se viene sucediendo una "oleada" de robos en explotaciones agrícolas de la comarca de La Mancha toledana.En la mayoría de los casos, los objetos robados tienen que ver con instalaciones de regadío. Así, han sido robados al menos una docena de caudalímetros, cableado de cobre, baterías y radiadores de motores de riego, además de variadores de frecuencia o velocidad que se usan para modificar la potencia y el caudal de riego, según ha informado la agrupación.
Según la organización agraria, hay numerosos agricultores afectados con parcelas en El Toboso, Corral de Almaguer, Villanueva de Alcardete, La Puebla de Almoradiel y otros municipios y, aunque es difícil contabilizar el total de robos porque no todos se denuncian, tan solo este fin de semana se han producido al menos tres (con denuncia) en explotaciones situadas en El Toboso.
Los robos se producen principalmente de madrugada y al valor de los objetos robados se añaden las pérdidas por los destrozos que ocasionan en las explotaciones y las derivadas de la merma de la producción que pueda ocasionar la falta de riego hasta que se reponga o repare el equipo necesario.
Asaja de Toledo ha instado a los agricultores a denunciar siempre, independientemente del valor de lo sustraído, y a incluir en las denuncias la estimación de los daños y perjuicios sufridos como consecuencia del robo. Igualmente, esta organización agraria ha incidido en la importancia de seguir las recomendaciones de la Guardia Civil, como anotar la numeración de la maquinaria y equipos robados, no dejar visible nada de valor, tomar nota de las matrículas de vehículos sospechosos e informar de su presencia y, en caso de robo, no tocar nada y llamar al 062.
Que se vigilen los comercios
Por otro lado, Asaja de Toledo ha reclamado a las distintas administraciones que se controlen los establecimientos donde se sospeche que se pueden vender objetos robados y ha instado a intensificar la colaboración entre comunidades autónomas ya que, en la mayoría de los casos, el material sustraído se vende después en otras zonas.