El Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publica este miércoles la orden de medidas de prevención para actividades agrícolas dirigida a empresas y asalariados del campo que participen en la vendimia este año, que entrará en vigor este jueves, produciendo efectos hasta que finalice la campaña de vendimia.
El objetivo es clarificar y aportar las herramientas necesarias para garantizar que la campaña se desarrolle con normalidad en la región, también desde el punto de vista sanitario, extremando la prudencia para evitar posibles brotes de COVID-19, así como controlarlos de forma rápida, en el caso de darse algún caso positivo, para lo cual se contará con un listado de quienes trabajen en las explotaciones y su entorno, para realizar los rastreos, ha informado la Junta en nota de prensa.
Esta norma responde al compromiso adquirido por el Gobierno de Castilla-La Mancha y fue el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, quien anunció en el pleno de las Cortes del 29 de julio que Castilla-La Mancha estaba elaborando la normativa "más ambiciosa en España" y que estaría lista antes del inicio de la vendimia, prevista de forma generalizada en el territorio para mediados de agosto en las variedades más tempranas.
La presente orden, realizada conjuntamente por la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, la Consejería de Economía, Empresas y Empleo y la Consejería de Sanidad, recoge así una serie de recomendaciones y obligaciones en una campaña "especialmente sensible y excepcional" y en la que se prevé que 20.000 personas se dediquen a las labores de recogida de la uva.
El documento, según ha explicado Martínez Arroyo, cuenta como principal exigencia para los empleadores disponer de manera diaria de un listado de todos los trabajadores con su teléfono de contacto al igual que de su entorno más cercano, las personas con las que conviven. El objetivo, facilitar el rastreo en caso de darse un positivo por coronavirus.
El sector agroalimentario de Castilla-La Mancha, ha destacado el consejero, ha dado ejemplo durante toda la pandemia de su compromiso con la sociedad. Hasta el momento, las campañas desarrolladas en la Comunidad Autónoma, como la del espárrago verde o del ajo, se han desarrollado con normalidad, por lo que ha agradecido tanto a los empresarios y trabajadores del campo que hayan permitido que esto sea así.
Ahora, el Gobierno de Castilla-La Mancha confía en que la vendimia, pese a la situación sanitaria actual, se pueda desarrollar del mismo modo. Por ello, Martínez Arroyo ha realizado un llamamiento "a la prudencia" por parte de todos.
En Castilla-La Mancha el sector agroalimentario es un "motor fundamental", no obstante, supone ya cerca del 16 por ciento del Producto Interior Bruto, así como más de un tercio de las exportaciones regionales. En muchos de los municipios de la región la agroalimentación es prácticamente la única industria o fuente de empleo existente, ha explicado.
Planes de contingencia
En concreto, la orden insta a las empresas a elaborar planes de contingencia para hacer frente al coronavirus, ya que el desplazamiento entre distintas zonas geográficas, la actividad laboral y el alojamiento en los territorios suponen una mayor cantidad de contactos interpersonales y un mayor riesgo de transmisión.
Además del registro de todas las personas empleadas, con sus datos personales, datos de contacto, fechas de trabajo e identificación, si procede, de la explotación agrícola de procedencia y las personas con las que conviven y su contacto, el plan de contingencia deberá incluir todas las medidas para asegurar la prevención y control de la transmisión del virus en todos los procesos de recogida, transporte y almacenamiento de la uva.
Asimismo, se deben establecer medios de coordinación con los agentes sociales, las entidades locales, las autoridades sanitarias y otros agentes involucrados para abordar de forma integral tanto las condiciones de trabajo, como las de vivienda y transporte de las y los trabajadores, su acceso al sistema de salud y a las prestaciones sociales.
La orden detalla la obligatoriedad del uso de mascarilla, el mantenimiento de la distancia social, la desinfección de manos y la higiene respiratoria. Además de estas medidas de prevención personal, el plan preverá la limitación de contactos, estableciendo grupos de trabajo estable; la limpieza y ventilación, especialmente en espacios cerrados; y la gestión de casos, atendiendo a la detección temprana, aislamiento y control mediante rastreo de contactos.
Adaptación a escenarios laborales
Cada uno de estos puntos deberá adaptarse a los distintos escenarios laborales: traslados hacia y desde la explotación, desarrollo de la labor agrícola, momentos de descanso, comedores y zonas comunes o alojamientos.
Toda la información se potenciará mediante el uso de carteles, señalización, trípticos y documentación que fomenten las medidas de higiene y prevención, que estará elaborada en diferentes idiomas.
La orden también recoge que las entidades locales deberán colaborar, entre otras medidas, facilitando recursos habitacionales para el aislamiento de las personas contagiadas o sospechosas de haber contraído la COVID-19, cuando dicho aislamiento no pueda garantizarse en los alojamientos previstos por las empresas.