El pasado sábado comenzó el vistoso Festival de Floración de la Lavanda, una cita que se prolonga todo el mes de julio y que atrae a municipios como Brihuega (Guadalajara) a muchos turistas. Sin embargo, existe una cara que no es tan colorida y que preocupa dentro del sector: la de la crisis de los precios.
Así lo ha denunciado la Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (Anipam), avisando de que la situación real del sector de la producción y destilación de lavanda y lavandín está "muy lejos de la euforia".
"Nos encontramos en el centro de tres crisis simultáneas: la crisis climática, la crisis regulatoria y la crisis de los mercados, donde desde hace tres años los precios de los aceites esenciales puros y naturales han descendido radicalmente".
Es por ello que los agricultores de aceite puro y natural de lavanda y lavandín "no pueden vender sus productos porque el precio del mercado solo cubre la mitad de sus costes y no hay operaciones de compra-venta".
Peticiones
Ante esta situación, Anipam ha trasladado la necesidad de que el valor añadido que genera su actividad pueda llegar a los agricultores "en términos de respeto a su trabajo, que hace posible la creación de belleza en nuestros campos y que posibilita el sostenimiento de una actividad económica viable".
Por ello, piden a los turistas que respeten los campos, que los representantes políticos defiendan sus reivindicaciones ante la Unión Europea y que la industria apueste "decididamente" por productos puros y naturales que puedan ser identificados como tales por los consumidores.
Asimismo, han alertado de que el futuro de su actividad "está en riesgo y con ello la supervivencia de un sector de alto interés económico y social para el país".