El sector de la lavanda ha alertado de que una plaga de gusanos amenaza más de 8.000 hectáreas de lavanda en España, una especie que es capaz de devorar una plantación entera en tan solo una noche.

Se trata del Helicoverpa Armigera, que ya afectó a la Provenza francesa el pasado año y que ha hecho saltar todas las alarmas de los lavandicultores, tal y como ha expresado la Asociación Nacional de Plantas Aromáticas (Anipam).

"Estos gusanos, parecidos a los gusanos de seda, tienen una propagación explosiva y destacan por su voracidad. Se comen las flores y dejan los tallos de las plantas desnudos, sin esencia, y la única solución es la siega urgente de las plantas, para evitar su mortalidad”, ha indicado su presidente, Abelardo Carrillo, durante su visita a una parcela afectada de Cogollor (Guadalajara).

Hasta allí se ha desplazado también el presidente de APAG, Juan José Laso, así como representantes de la Asociación Paisajes de Lavanda de Brihuega, de COAG y del sector de la apicultura.

Por ello, Carrillo ha considerado "imprescindible" que se autorice la siega sin restricciones, ya que esperar hasta lo que exigen actualmente las administraciones puede resultar "letal" para los cultivos afectados. Asimismo, ha avanzado que la próxima semana tendrá lugar una reunión entre los productores afectados y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con el objetivo de buscar una solución a la problemática del sector.

"Una mala noticia"

Por su parte, la presidenta de Paisajes de Lavanda de Brihuega, Lorena Tirado, ha reconocido el peligro que supone este gusano para el sector, "una mala noticia" que se suma a la "dramática situación" que atraviesan los productores.

Igualmente, ha destacado la necesidad de que aumenten las ayudas agroambientales y se eliminen las restricciones en la cosecha de manera excepcional debido a esta amenaza.

Sector en crisis

Por otro lado, ha alertado que esto se une a la "grave crisis a la que se enfrenta el sector desde hace algunos años, con una caída brutal de los precios que hace imposible la venta del aceite esencial".

"Llevamos tres años sin vender un solo euro. No entendemos cómo la industria cosmética y de perfumería no deja de crecer si a nosotros no se nos está comprando la materia prima”, ha asegurado.