Una de las reivindicaciones que el director gerente de Solimat, Ángel Nicolás, hace con más frecuencia son las de poder disponer las mutuas de una mayor financiación para atender el pago de las prestaciones, y tener la posibilidad de dar las mutuas el alta en accidentes no laborales, un proceso que está suponiendo “un cada vez mayor aumento de los costes de las empresas”.

Según un estudio elaborado por la patronal de las mutuas de la Seguridad Social (AMAT), la duración de una baja médica de un trabajador difiere notablemente en función de qué organismo la gestione desde su inicia hasta que se produce el alta; la sanidad pública dependiente de las comunidades autónomas,  o las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social.

Según este estudio, en general y para todo tipo de dolencias, la duración de las bajas gestionadas de principio a fin por las mutuas duran de media 36,17 días, frente a los 43,07 días que duran las bajas gestionadas por los servicios regionales de salud y el Instituto Nacional de la Seguridad Social.

No obstante, es en las lesiones traumatológicas donde se ve más esta diferencia. Así, tras analizar la duración de las 20 patologías musculoesqueleticas más comunes se observa que una baja de este tipo es de 30,49 días si la gestión es de una mutua, lo que supone casi la mitad de días que l9o que du5tra una baja por una dolencia idéntica si el alta la da la sanidad pública (57,51 días).

También es muy considerable la diferencia en la duración de otras lesiones como los trastornos articulares no especificados o las alteraciones cervicales, donde las bajas también duran casi la mitad de tiempo si las gestiona una mutua.

Por el contrario, en las fracturas, cuya curación es más clara en una prueba de diagnostico, esas diferencias no son tan abultadas. Por ejemplo, cuando un trabajador se rompe el brazo (radio y cubito) la diferencia de ese proceso de baja es de apenas seis días: 96 en el caso de la mutua y 102 el médico de cabecera.