Colocan a Castilla-La Mancha en el furgón de cola de la competitividad
Castilla-La Mancha tiene nivel de competitividad medio-bajo, según el Informe de Competitividad Regional editado por el Consejo General de Economistas, que afirma que las 17 comunidades han recuperado los valores previos a la crisis y alcanzado máximos históricos.
De acuerdo con este informe, Castilla-La Mancha es la cuarta comunidad autónoma con un nivel de competitividad más bajo, por delante de (Canarias, Andalucía y Extremadura), aunque hace hincapié en que estas regiones con menor nivel competitivo han experimentado crecimientos más intensos que aquellas regiones que parten de posiciones más favorables.
Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña fueron, en este orden, las regiones más competitivas en 2017, de acuerdo con el estudio.
En rueda de prensa, el director técnico del informe, José Carlos Sánchez de la Vega, ha explicado que, en el caso de Cataluña, "la situación política se complicó a finales de 2017" y, por ello, el impacto en las principales variables macroeconómicas ha sido "muy poco palpable o muy poco intenso".
Sánchez de la Vega ha subrayado que, pese a ser la cuarta del 'ránking' el comportamiento de Cataluña en 2017 fue bastante "plano" aunque, a su juicio, "no hay una relación estrecha con la situación política", que se complicó especialmente en el último tercio.
Por el contrario, Extremadura, Andalucía y Canarias son las autonomías peor posicionadas, según el Índice de Competitividad Regional (ICREG) debido a sus bajos niveles de renta per cápita y altas tasas de desempleo.
Para realizar este índice que, según sus autores, identifica "la fortaleza y debilidades" de las comunidades autónomas se tienen en cuenta siete variables: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras, eficiencia empresarial e innovación.
El coordinador del informe, Patricio Rosas, ha explicado que se trata de un modelo "objetivo" que ordena a las comunidades por su competitividad, que en 2017 creció un 4,3 por ciento respecto al año anterior.
No obstante, Rosas ha reconocido que este crecimiento fue menor que el que se produjo entre los años 2013-2016, que se corresponde con un período de especial recuperación económica.
Según ha explicado entre las causas del menor crecimiento de la competitividad está el "desfavorable comportamiento" de los ejes referidos al entorno institucional, a la innovación y la eficiencia empresarial.
Esta clasificación sitúa a la Comunidad de Madrid, País Vasco y Navarra como autonomías con un nivel de competitividad alto en 2017; seguido por Cataluña, Aragón y La Rioja, con nivel medio-alto.
Por el contrario en el nivel de competitividad medio-bajo se colocan, por este orden, Castilla y León, Asturias, Cantabria, Galicia, Comunidad Valenciana y Murcia y en el último escalafón, con una clasificación media-baja, están Baleares, Castilla-La Mancha, Canarias, Andalucía y Extremadura.
Baleares es la única comunidad que desciende el valor del ICREG en 2017, "lo que lleva a situarla en un nivel de competitividad relativa bajo", señala el informe.
En el estudio se pone especial énfasis en actuar sobre los valores que estructuralmente "lastran" la competitividad de las comunidades como es, por un lado, la baja productividad (sólo País Vasco, Madrid y Navarra tienen niveles superiores al promedio de la UE) y la "dispar especialización de las economías regionales".
En la rueda de prensa, el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, ha defendido que este índice se convierta en "asignatura obligatoria" de la política económica regional y ha planteado la elaboración de "agendas autonómicas para la competitividad".