El retrato robot de una empresa castellano-manchega es el de una microempresa del sector servicios con sede en Toledo creada hace más de 15 años. En concreto, Toledo concentra al 34 % de las empresas de la región y el 32 % de su facturación, seguida de Ciudad Real (24 % de las empresas y 21 % de la facturación) y Albacete (23 % de las empresas y 22 % de la facturación). Ese es uno de los datos de la radiografía del tejido productivo de Castilla-La Mancha elaborado con la solución de analítica avanzada Insight View. Las provincias con menor tejido productivo son Cuenca (10 % de las empresas y 11 % de la facturación) y Guadalajara (9 % de las empresas y 14 % de la facturación).

Según este informe, el 21 % de las empresas de la región presenta un riesgo máximo o elevado de impago. Además, la mitad de la actividad económica de la región (57 % de las empresas y 48%  de la facturación) se concentra en el sector servicios, en línea con otros territorios. En el sector industrial, que supone el 13 % de las empresas de la región y el 38 % de la cifra de negocio, crece el tamaño medio de la empresa. Los sectores vinculados a la construcción y el inmobiliario tienen también un peso importante en el tejido (20 % de las empresas), pero su incidencia en la economía es sensiblemente más reducida (8 % de la facturación). El peso del sector primario es superior a otras regiones (5 % de las empresas y 4 % de la facturación).

La distribución por tamaños empresariales muestra una fuerte dispersión. El 81 % del tejido está compuesto por microempresas que, sin embargo, apenas generan el 14 % de la facturación total. En el otro extremo, la gran empresa, que representa menos del 1 % del total, produce el 33 % de las ventas de un tejido productivo que muestra una enorme madurez. El 11 % de las empresas, que acaparan el 40 % de la facturación, tiene más de 25 años. Otro 41 % de las empresas, que representan el 13 % de las ventas empresariales, ha sido creado después de la crisis.

La facturación media de una empresa castellano-manchega se sitúa en los 1,6 millones de euros, todavía por debajo de los 1,8 millones previos a la crisis, aunque mantiene una línea de crecimiento desde el suelo de 1,2 millones de 2014.

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