El aceite lubricante que es imprescindible para hacer funcionar los motores de todo el parque de vehículos (turismos, pesados, especiales, etc.) y todo tipo de maquinaria (desde la industrial, a la agrícola o la de obra) se convierte, al final de su vida útil, en un residuo peligroso y de los más contaminantes que existen. Sin embargo, puede recogerse y reciclarse al 100 %, generando con él nuevas materias primas o energía. En 2018, el sistema encargado en España de la gestión del aceite industrial usado, SIGAUS, logró recuperar 8 millones de litros en Castilla-La Mancha, recogiendo en más de 4.500 puntos distintos. El resultado: más de 3 millones de litros de nuevos lubricantes retornados al mercado y casi 12.700 toneladas de CO 2 ahorradas.
En 2018 en Castilla-La Mancha se recogieron 9.075 toneladas brutas (incluyendo el agua y sedimentos con los que el aceite usado suele presentarse), lo que equivale a 37 toneladas cada día laborable del año). Esta recogida exige un sistema logístico que llegue a todos los rincones en los que se produce una gota de aceite usado. Y es que la amplísima diversidad de usos del aceite industrial provoca que la generación de su residuo sea extremadamente fragmentada y dispersa en todo el territorio.
En Castilla-La Mancha, 4.523 establecimientos generaron aceites usados en 2018. El 82 % de ellos fueron establecimientos que generaron pequeñas cantidades de aceite usado (un máximo de 2.000 kg al año). Por tipologías, el 52 % de puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos. Junto a ellos, se recogió residuo en 684 industrias y en otras 1.470 instalaciones de diverso tipo, desde construcción a agricultura, hostelería u otros servicios. En total, se realizaron 10.332 recogidas (42 recogidas cada día laborable del año), siendo la más frecuente de apenas 869 kg (aproximadamente 5 bidones de aceite usado).
En cuanto a la dispersión territorial, fue necesario recoger aceite usado en 503 municipios castellano-manchegos (que abarcan el 96 % de la población), incluyendo 442 municipios ubicados en el medio rural, en los que el sistema de recogida articulado por SIGAUS contribuye a la protección del entorno en esas zonas de mayor despoblación, prestando un servicio de valor para el tejido económico local.
La atomizada generación de aceite usado fue tal que se hizo necesaria la recogida de 455 toneladas de este residuo peligroso en 387 establecimientos situados en zonas desfavorecidas de montaña, cuya altitud y/o pendiente conlleva importantes limitaciones a la actividad agraria y, con ella, al mantenimiento de estas poblaciones. Precisamente, es en estos entornos más aislados y despoblados donde existen los más importantes valores naturales que deben ser protegidos. En Castilla-La Mancha existen numerosos espacios naturales protegidos, en los que se ubican 544 establecimientos que el pasado año generaron 2.108 toneladas de aceites usados. Como ejemplo, se acopiaron 2.107 toneladas de este residuo peligroso en la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, gracias a la recogida en 543 establecimientos generadores de aceites usados.
Una vez recogido, mediante una flota de camiones cisterna de diverso tamaño, el aceite usado se traslada a instalaciones especializadas para su análisis y tratamiento. En concreto, son 11 las instalaciones de recogida, almacenamiento y tratamiento ubicadas en Castilla-La Mancha que participan contractualmente con SIGAUS. En primer lugar, ha de separarse el aceite neto de agua y sedimentos. Posteriormente, dos tipos de tratamiento diferentes otorgan al residuo una nueva vida, ya sea como base lubricante, o como combustible industrial. En ambos casos, un correcto almacenamiento y entrega por parte de los establecimientos que generan aceites usados hace posible que el residuo sea 100 % aprovechado.
La cantidad de aceite usado neto finalmente gestionado y valorizado por parte de SIGAUS en Castilla-La Mancha fue de 7,7 millones de litros. Un 61 % del mismo se destinó a regeneración, el tratamiento prioritario que permite extraer aceites base, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos lubricantes, que pueden llegar a tener características similares a los de primer refino.
Así, con el aceite usado recuperado en Castilla-La Mancha se pudo retornar al mercado 3 millones de litros de nuevos lubricantes. Además de materias primas, la regeneración es un proceso con importantes beneficios en cuanto a la lucha contra el cambio climático: gracias a la gestión en Castilla-La Mancha se evitó emitir a la atmósfera 12.691 toneladas de CO 2 .
El segundo posible tratamiento para el aceite usado es su descontaminación para fabricar combustible de uso industrial, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. Gracias a ello se obtuvo una energía equivalente 30 GWh, similar a la consumida en usos eléctricos por 8.515 hogares.