Banco Santander cerrará este viernes otras 200 oficinas, siete de ellas en Castilla-La Mancha, en el marco de la ejecución del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que está acometiendo la entidad tras la integración de Banco Popular y que contempla la clausura de un total de 1.150 sucursales.
De este modo, según el calendario marcado por Banco Santander, tras haber echado el cierre en 175 oficinas hace tres semanas, este viernes 8 de noviembre se llevará a cabo la clausura de otras 200 sucursales, a las que seguirán 211 más el día 22 de noviembre, cuando finaliza el procedimiento.
En esta nueva serie, que se suma a las cinco tandas ya ejecutadas, Banco Santander cerrará 46 oficinas en Andalucía, 30 en Madrid, 27 entre la Comunidad Valenciana y Murcia y 20 en Galicia. Al mismo tiempo, se verán afectadas 21 oficinas en Cataluña, 10 en Baleares y 7 sucursales en Castilla y León. Este viernes también bajarán la persiana seis oficinas entre Cantabria y Asturias, otras seis en Extremadura y siete en Castilla-La Mancha, además de quince entre Aragón, Navarra y La Rioja y cinco en Canarias.
El banco comunicó que comenzaría a ejecutar este plan después de que finalizase el proceso de integración tecnológica de las sucursales de Banco Popular en el grupo, lo que tuvo lugar el pasado mes de julio.La entidad llevó a cabo el cierre de 116 oficinas en los meses de mayo y junio, pero en este caso se trató de sucursales que se cerraron en territorios piloto o porque su negocio era limitado y se traspasaron a agentes colaboradores, según las fuentes consultadas.
Ya van muchos cierres
Sumando todos los cierres ya ejecutados y los previstos para este viernes, Banco Santander habrá clausurado 917 oficinas. Según lo previsto, aún queda una tanda más que afectará a 211 sucursales, hasta sumar 1.128. Las 22 restantes son oficinas residuales que podrían ir ajustándose a medida que se va completando el plan.
Pese al anuncio de los 1.150 cierres, ningún municipio se quedará sin servicios bancarios, ya que, además de que la mayoría de las clausuras se están produciendo en las ciudades, la red de agentes y colaboradores se está reforzando.
Con todo, cada oficina que se cierra tiene otra sucursal del grupo a una distancia media de unos 230 metros. El banco ha explicado en varias ocasiones que la racionalización de la red se enmarca en la necesidad de mejorar la eficiencia debido a la duplicidad derivada de la integración de Banco Popular.
Banco Santander y la representación sindical firmaron el pasado mes de junio un ERE que contempla el cierre de las 1.150 oficinas, la extinción de 3.223 puestos de trabajo y prejubilaciones desde los 55 años con entre el 75% y el 80% del sueldo, en función de la edad.
Las condiciones
Para cubrir las extinciones, Santander ofrecía a los empleados de entre 55 y 61 años prejubilarse con el 80% del salario pensionable o con el 75% más el 60% del complemento voluntario, mientras que a los mayores de 62 años les abonará el equivalente a 20 días por año trabajado, con el límite de una anualidad, y sin primas.
El colectivo de entre 50 y 54 años podrá dejar la entidad con el 60% del salario pensionable de seis anualidades y un tope máximo de 380.000 euros, sin descuento por desempleo y con un convenio especial con la Seguridad Social hasta los 63 años, actualizable hasta un máximo del 3%.
A este grupo también dará primas por voluntariedad de 2.000 euros por cada trienio completo trabajado, una prima adicional de entre 5.000 y 30.000 euros en función de su antigüedad y otra de 15.000 euros.
En cuanto a los trabajadores de 49 años o menos, o los que tengan una edad superior pero no acumulen 15 años de antigüedad, las extinciones vendrán acompañadas de una indemnización de 40 días por año trabajado, hasta un máximo de 24 mensualidades. Este colectivo también tendrá primas de voluntariedad de 2.000 euros por cada trienio de antigüedad y otras de entre 5.000 y 30.000 euros en función de los años que lleve en el banco.
Banco Santander ha asumido el compromiso de recolocar al 100% de quienes quieran seguir trabajando, tal y como ha ocurrido en otras ocasiones. En el ERE llevado a cabo en 2016 se logró este objetivo, mientras que en el ajuste acometido en 2018 el éxito hasta ahora ha sido del 73%, con previsión de alcanzar el 100% en el segundo semestre del año.