Eroski ha iniciado el proceso para sacar al mercado activos no estratégicos y dar entrada a inversores en filiales, lo que incluirá tantear al mercado para la venta de la cadena catalana Caprabo. Las dificultades financieras que desde hace años ha padecido el grupo de distribución han provocado que se apuntara a esta posibilidad en otras ocasiones en el pasado, pero esta vez el proyecto se concreta: los responsables de la cooperativa vasca han contratado a PwC para asesorar la operación, aseguran fuentes del mercado al tanto de la situación.

Este análisis se inscribe en el plan de reducción de deuda que Eroski acordó en la última refinanciación con los bancos acreedores -donde se incluyen las principales entidades españolas, BBVA, Santander, CaixaBank y Bankia-, a quienes adeuda unos 1.500 millones de euros. El proceso afecta a diversos activos de la compañía, entre los que destaca la cadena de supermercados Caprabo, que en Castilla-La Mancha cuenta con trece establecimientos ubicados en las provincias de Ciudad Real (3), Guadalajara (5), y Toledo (5).

El proyecto de desinversiones de la cooperativa vasca se encuentra aún en una fase inicial y se prevé que PwC dé inicio a las conversaciones con posibles interesados en el primer trimestre de 2020, señalan las fuentes. Dentro de los potenciales compradores, la entidad coordinadora de la operación se dirigirá tanto a inversores financieros como industriales, agregan. Será entonces cuando se entablen estos contactos y se empiecen a precisar los diferentes perímetros de activos que abarca la transacción.

Fuentes del sector calculan que Eroski podría obtener con la venta de la cadena de supermercados al menos 400 millones de euros. Un importe que quedaría lejos de los más de 1.300 millones que la cooperativa pagó en 2007 -antes de la crisis- para hacerse con el control de la compañía. Desde entonces, ésta se ha convertido en un importante quebradero de cabeza para el grupo que preside Agustín Markaide.

Caprabo cerró 2018 con 318 tiendas -256 propias y 62 franquiciadas-, con una fuerte implantación en Cataluña y Andorra. El pasado ejercicio (finalizado el 31 de enero de 2019) alcanzó una facturación de 912 millones, un 8% menos que en 2017, y unas pérdidas de cinco millones. Las previsiones para el año en curso apuntan a un incremento de las ventas y un ebitda de unos 50 millones, según indican fuentes del mercado.