El sector productor de la Denominación de Origen (DO) Valdepeñas, formado por las organizaciones profesionales agrarias Asaja, COAG, UPA y por Cooperativas Agro alimentarias, han dado una "última oportunidad" a los industriales, para tratar de llegar a un acuerdo.
Así, los productores esperan que en los próximos días se convoque una junta directiva para aprobar sus demandas y seguir perteneciendo a este órgano de gestión.
De esta manera, los productores han decidido no abandonar la junta directiva este 24 de julio como habían anunciado si antes de esa fecha no se aprobaban algunas propuestas y no se cambiaba “el rumbo y el funcionamiento” de la misma, han recordado las organizaciones agrarias en un comunicado conjunto.
Se trata , han asegurado, de “dar una última oportunidad” para que el resto de asociaciones reconsideren sus posiciones, antes de abandonar si no se producían cambios sustanciales en la gestión de la Asociación Interprofesional que, durante los últimos años, “se ha visto sometida a una paralización casi total de su capacidad de gestión por la “guerra comercial” entre Félix Solís y García Carrión, los dos grandes operadores de la zona.
Los agricultores han insistido en la necesidad de modificar los estatutos la Denominación, para “eliminar el actual derecho de veto” que a su entender ejerce Asevivaldepeñas, capitaneada por Félix Solís, que "limita la capacidad de gestión de su órganos sociales" y la utilización inmediata de contraetiquetas específicas de cada uno de los tipos de vino que salgan al mercado conforme al pliego de condiciones.
Y han advertido de que la posición que mantenga el sector productor en la DO Valdepeñas y el proceso electoral que se acordó poner en marcha, dependerá de los avances que se logren en estos temas que se consideran esenciales para el futuro de la interprofesional.
Si no se lograra avanzar, el sector productor “se mantiene firme en abandonar” la junta directiva antes de que comience la campaña de vendimia, han insistido.
Así mismo, han pedido a la Consejería de Agricultura, que es quien tiene las competencias en el control y la certificación de los vinos, que adopte las medidas oportunas para verificar y garantizar que las industrias cumplen con la normativa y disponen de las instalaciones necesarias y suficientes para la certificación de la aptitud de sus vinos y el uso de las contraetiquetas.