Incarlopsa, compañía castellano-manchega líder en la producción y elaboración de productos cárnicos porcinos, ha contribuido a la protección medioambiental con el ahorro de 10.682 toneladas equivalentes de CO2 de 2016 a 2019.
En concreto, los certificados emitidos por Ecoembes, organización medioambiental sin ánimo de lucro que promueve la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente a través del reciclaje, acreditan el compromiso medioambiental de Incarlopsa con la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) mediante el reciclado de sus envases. Así, en 2016 se evitó la emisión de 1.424 toneladas equivalentes de CO2: en 2017 el volumen se redujo en 2.564 toneladas; en 2018, en 3.212 toneladas; y en 2019, en 3.477 toneladas equivalentes de CO2.
La compañía prevé que este incremento progresivo en la reducción del volumen de emisiones de CO2 continúe en el futuro, en línea con su estrategia de desarrollo sostenible donde la apuesta por la innovación desempeña un papel destacado.
Además, recientemente Incarlopsa ha certificado por segundo año consecutivo la huella de carbono de la compañía, siguiendo las directrices de la norma UNE-EN ISO 14064-1:2012, bajo la supervisión de una entidad independiente y en línea con el compromiso medioambiental de la compañía. La compañía también ha renovado la certificación UNE-EN ISO 14001, un estándar internacional que evalúa la eficacia del sistema de gestión ambiental del grupo y acredita el cumplimiento de la normativa medioambiental vigente.
En materia medioambiental, este compromiso con la innovación se materializa en la puesta en marcha de proyectos de I+D que contribuyan a reducir la huella ambiental derivada de la actividad de la compañía.
Por ejemplo, Incarlopsa participa en un proyecto internacional, denominado “Materiales reciclables y biodegradables para el envasado sostenible de alimentos (monomatpack)”, con el objetivo de validar nuevos monomateriales para la elaboración de sus envases que permitan garantizar la máxima calidad de sus productos al tiempo que promueven la economía circular facilitando su posterior reciclaje. Es un proyecto formado por un consorcio internacional de empresas que cuenta con financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
A lo largo de 2020, Incarlopsa espera poder iniciar el testaje de estos nuevos monomateriales basados en PET (tereftalato de polietileno) y en PLA (ácido poliláctico) de alta barrera, para comprobar su idoneidad para el envasado de sus productos.