Por tercer año consecutivo, y bajo el lema: “PUEBLOS VIVOS Y UNIDOS POR UN MEDIO RURAL SOSTENIBLE”, la Plataforma Pueblos Vivos Cuenca convoca a los vecinos de pueblos conquenses afectados por las macrogranjas y a la sociedad en general, a una nueva manifestación en contra de la proliferación de la ganadería industrial en los pueblos de la provincia y por la defensa de un modelo agroecológico para la pervivencia de nuestra tierra. También se unirán, pero desde sus respectivos municipios, las Plataformas “No a la macrogranja en Pozuelo y Argamasón” en Pozuelo (Albacete) y “Salvemos Nuestra Tierra” en Jumilla (Murcia), según un comunicado de prensa de la Plataforma.
Este año será en coche, para garantizar la seguridad de todos los que participen, frente a la Covid_19.
La cita es el próximo domingo, 8 de noviembre, a las 11 horas, en las calles aledañas al Centro Comercial “El Mirador”, desde donde se partirá en coche. Se recorrerán las calles Avenida Juan Carlos I, Hermanos Becerril, Fermín Caballero, Hurtado de Mendoza, República Argentina, San Ignacio de Loyola, Colón, Puente de San Antón, Avenida de los Alfares y finalizará en el entorno del Centro Comercial “Alcampo”.
Quieren mostrar así su rechazo "al modelo de ganadería industrial que en los últimos años se ha disparado en la provincia de Cuenca. Es realmente preocupante cómo este 2020, y durante la pandemia, la Consejería de Economía Circular de la JCCM ha continuado aprobando autorizaciones ambientales de ampliaciones mediante “modificaciones no sustanciales” y nuevos proyectos de macrogranjas porcinas y avícolas y algunas en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos. Ha ocurrido en localidades como Villar de Domingo García, Belinchón, Zarzuela, Huerta de la Obispalía, Iniesta, Osa de la Vega, Sotorribas, Carboneras de Guadazaón, Yémeda, Barajas de Melo, Priego,… y se han iniciado los trámites para otras en Campillos-Paravientos, Cardenete,...".
Apuntan en su comunicado que observan "alarmados que las autorizaciones ambientales integradas que otorga la JCCM llegan con irregularidades tan graves como la carencia de plan para la gestión de purines o concesión de aguas. Y nos enfrentamos a cifras como éstas: una macrogranja de casi 3.000 cerdas produce al año más de 84.000 lechones y genera más de 18.000 m3 de purines –casi 8 piscinas olímpicas- y necesita más 44.000 m3 de agua".
Los purines (mezcla de excrementos, orines, desinfectantes, rodenticidas, antibióticos,…) de las macrogranjas contaminan aire, la tierra y el agua por nitratos, metano y amoniaco, entre otros, afirman los convocantes. En Cuenca, los proyectos autorizados por la JCCM incluyen su vertido en los campos, "sin un control real del filtrado en el subsuelo y terminan contaminando acuíferos y fuentes de agua para consumo humano (como ha ocurrido en Torrejoncillo del Rey)".
Para colmo, sigue el comunicado, "el Gobierno Regional continúa apoyando la ganadería industrial con subvenciones directas, pero sin un ordenamiento del sector. Pensamos que debería llevarse a cabo una evaluación de impacto ambiental global y conjunto, ya que no son proyectos aislados, sino un conjunto interrelacionado que acumulará sus efectos negativos hacia el medio ambiente".
Todo esto sucede, según la Plataforma Pueblos Vivos Cuenca, mientras la Comisión Europea ha pedido a España que reduzca las emisiones de amoniaco que no dejan de aumentar –mientras bajan en el resto de países de la UE- y la contaminación de aguas por nitratos. Queda así demostrada la gran miopía de los dirigentes políticos de Cuenca y Castilla-La Mancha que se retratan como absolutos ignorantes de la contribución de nuestra tierra al cambio climático: las macrogranjas agravan la crisis climática y devoran el planeta por la producción de piensos a costa de la deforestación y el acaparamiento de tierras para los monocultivos, la contaminación del aire, la tierra y el agua, con un modelo de producción low-cost que exige gran consumo de energía fósil en el transporte y comercio".