Los cristales que se ponen en los vehículos son diferentes de los que podemos encontrar en las ventanas o en otros elementos del mobiliario de nuestras viviendas. No solo cumplen una función estética, sino que deben asegurar siempre una gran resistencia para garantizar la seguridad del vehículo. En los últimos años, los cristales para coches han evolucionado y cada vez son más resistentes.
Esto es muy importante porque la resistencia de los cristales es fundamental para que el conductor se sienta siempre seguro en el vehículo. Una pequeña grieta en un cristal puede suponer un alto riesgo para cualquier conductor. En ese caso, siempre hay que acudir a un taller de confianza. En este caso, un taller especialista en lunas -como el que puedes encontrar en esta web-, es la mejor opción para repararlo lo antes posible
Un parabrisas se puede romper simplemente con una pequeña piedra que salte de la carretera. Incluso se puede romper por los cambios drásticos de temperaturas como suele ocurrir en las estaciones de verano e invierno.
Tipos de cristales
Para fabricar los cristales del coche se utilizan dos técnicas que los diferencian en templados y laminados. Estos dos tipos de cristales se utilizan en el vehículo dependiendo de la ubicación y la finalidad. La principal característica de estos dos tipos de cristales es que, en el caso de romperse, los ocupantes del vehículo normalmente no sufrirán ningún daño.
El cristal templado está formado por un vidrio de seguridad que es procesado por tratamientos térmicos o químicos para aumentar su resistencia con respecto a uno normal. Si el cristal se rompe, se fraccionará en varios pedazos en lugar de astillarse lo que podría ser muy peligroso para los ocupantes del vehículo.
El cristal laminado resulta de unir dos láminas de vidrio con una película intermedia de PVB, EVA y resinas de luz ultravioleta. Esta lámina puede ser translúcida o transparente y esta técnica le otorga al cristal una seguridad adicional ya que si se rompe el cristal los trozos se quedarían unidos a ella.
Otra de las grandes ventajas de los cristales laminados es que si hay una pequeña rotura se puede reparar fácilmente sin tener que sustituir de forma completa. Esto ayuda a que la reparación sea más sencilla y rápida que con otro tipo de cristal.
También se pueden utilizar otro tipo de cristales como el tintado que ayuda a absorber parte de la energía solar reduciendo sus efectos sobre el habitáculo del vehículo o el térmico que facilita la eliminación de hielo o la escarcha en su superficie. Incluso se pueden poner cristales antirreflejo, con antena integrada, hidrófobo e incluso con sistema display (Head-up display-HUD).
Funciones de los cristales en el vehículo
Como ya hemos comentado, estos cristales se utilizan de forma diferente según las zonas del vehículo. Por eso en el parabrisas delantero, que necesita una gran visibilidad y seguridad, no se usan los cristales templados, sino que son laminados. Esto se hace porque en el caso de rotura, el parabrisas se quedará en una única pieza y no se romperá por completo. En caso de accidente esto evitará que el cristal caiga en pequeños trozos encima de los ocupantes del vehículo y aumenta la seguridad del coche
Sin embargo, en las ventanillas laterales se suelen utilizar los cristales templados. Estos cristales ofrecen gran resistencia, pero si se rompen lo hacen en mil pedazos. Solo se suelen poner en los laterales y en alguna ocasión en la luna trasera.
A veces el fabricante del vehículo opta por poner cristales laminados en todas las ventanillas del coche. Esto puede ayudar a mejorar la seguridad del vehículo porque si alguien intenta robar rompiendo la ventanilla, tendrá más dificultad para entrar en el mismo. Además, este tipo de cristales garantizan una reparación más rápida y sencilla.
Por último, en el caso de coches con un cristal en el techo o en la capota del automóvil se suele utilizar el vidrio Sunroof que ofrece iluminación natural y ventilación a los ocupantes del automóvil.