La pandemia ha provocado que el Gobierno haya adoptado decisiones sanitarias que han dado lugar, desde marzo de 2020, a restricciones de la movilidad y que han forzado el cierre temporal de sectores empresariales para evitar la propagación del virus.
Desde el mes de abril de 2020, FEDETO ha demandado, para los sectores afectados por esas medidas, ayudas directas con un doble objetivo: mantener los negocios de pymes y autónomos y los empleos dependientes de ellos.
Sin embargo, según ha lamentado la Federación de Empresarios, "el Gobierno ha decidido desde el inicio de la pandemia no diseñar un paquete de ayudas directas y, bajo eufemismos como que las empresas estaban hibernadas y que España se encontraba ante una nueva normalidad, ha procedido a establecer un sistema de subsidios sociales justos,un sistema de créditos ICO para financiar a las empresas,un sistema de ERTE de fuerza mayor yuna prestación por cese de actividad para autónomos, cuyas cuantías han sido menores en cada prórroga".
Según ha denunciado, "las empresas no han estado hibernadas", pues "muchos sectores sin ingreso alguno han seguido haciendo frente al pago de todos los conceptos". Además, señalan que "tampoco hay nueva normalidad", sino una "nueva crisis que se ha acabado convirtiendo en una Depresión Económica sin precedentes".
Dos errores "muy importantes"
Desde FEDETO consideran que, aldiseñar el paquete de ayudas directas, el Gobierno ha cometido "dos errores muy importantes que dejan sin ayudas a muchos sectores empresariales" .
Según indican, el primer error ha sido identificar qué sectores son los legítimos beneficiarios de estas ayudas sin señalar cuáles deben quedar excluidos. "Si hubiera determinado qué sectores debían quedar excluidos de las ayudas, habría aplicado un criterio objetivo sencillo y rápido, pues son muy claros los casos de actividades económicas que no han padecido la crisis con la misma intensidad que la gran mayoría de actividades económicas que se vieron obligadas a parar su actividad de forma directa".
El segundo error, según señalan, ha sidobasarse en listado de Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) para determinar qué sectores deben ser beneficiarios,"en vez de basarse en un sistema objetivo eficaz".
"Hay actividades económicas en España para las que no existe un código CNAE concreto. Cuando esto sucede, el sistema asigna automáticamente a esa actividad un código por afinidad, es decir, por parentesco o por asimilación. El problema es que en muchos casos no existe parecido alguno entre la actividad económica que carece de código y el código de la actividad que se le asigna", explican..
La Federación de Empresarios de Toledo sostieneque el único criterio objetivo fiable que debía de haber aplicado el gobierno para determinar qué sectores deben ser beneficiarios de las ayudas debería de haber consistido en establecer una cláusula que determinara como beneficiarios a todos aquellas pymes y autónomos que, afectados por las restricciones sanitarias, hayan sufrido un determinado porcentaje de caída de facturación.
Sectores excluidos
FEDETO denuncia que los sectores excluidos de las ayudas son las academias, las agencias de publicidad, los agentes comerciales, las autoescuelas, los centros de estética, los fabricantes de productos turísticos y souvenir, el comercio al por mayor de productos de perfumería y cosmética, el comercio al por mayor no especializado, el comercio de decoración, el comercio de repuestos de automóvil, el comercio de artesanía, las estaciones de servicio, las floristerías, la industria textil, las instalaciones y organismos deportivos, la limpieza de edificios, las peluquerías, los talleres mecánicos y el transporte de mercancías.
Por otra parte, FEDETO considera que el sistema de Clasificación Nacional de Actividades Económicas, debe adaptarse de una vez por todas a la realidad del tejido empresarial español, de modo que cada actividad tenga su propio código. "Se trata de un trabajo ímprobo, sin duda, pero por el bien de las empresas españolas es necesario hacerlo".
"Si esto no se lleva a efecto, sólo cabe hacer dos cosas: suprimir el CNAE o utilizar el CNAE sólo para aquello para lo que fue creado, es decir, para realizar una función estadística", señalan. "Al menos de este modo el CNAE no generaría los problemas tan importantes que está provocando en estos momentos para las empresas".