Si algo nos han dejado claro todos los sucesos desde que comenzó la pandemia de coronavirus es que muchos de los paradigmas que dábamos por sentado están cambiando. Durante el siglo XX las grandes ciudades fueron un factor aglutinador del trabajo, mucha población de zonas rurales se acumuló en las periferias de las grandes ciudades. Desde finales del siglo XX hemos asistido a una paulatina desindustrialización en occidente y, sobre todo, en Europa Occidental.
La economía se ha orientado a servicios y, en menor medida, a sectores de alto valor añadido como la investigación, las nuevas tecnologías y los servicios profesionales. Con el estallido de la pandemia del coronavirus algo que aún estaba latente ha emergido: el teletrabajo. Durante años muchas empresas, sobre todo pequeñas startups tecnológicas, han coqueteado con el teletrabajo, pero nunca ha conseguido una posición tan importante como desde el comienzo de la pandemia y muchas grandes empresas han visto los beneficios de este paradigma y planean mantener esta oferta para sus trabajadores.
Las ciudades pierden atractivo
Con la posibilidad de teletrabajar, los altos costes de vida y la constatación de que son más vulnerables a este tipo de pandemias, las grandes ciudades han perdido atractivo y surge un nuevo grupo de trabajadores, con un alto poder adquisitivo y la posibilidad de vivir en cualquier lugar del planeta siempre que dispongan de buena conectividad a internet y buenas comunicaciones.
Es una gran oportunidad para regiones como Castilla-La Mancha para posicionarse ante este tipo de posibles nuevos residentes, no solo nacionales, pues cualquier teletrabajador, sea del país que sea, puede conectarse a los sistemas de su empresa utilizando una VPN en España.
Requisitos para atraer el talento
El nuevo perfil de teletrabajadores busca pequeñas ciudades, ciudades que puedan ofrecer todos los servicios básicos, pero que no tengan los inconvenientes de las grandes ciudades, poblaciones que dispongan de una buena conectividad a internet con buenas conexiones de fibra óptica. Ciudades que dispongan de buena conectividad con aeropuertos internacionales, cualquier ciudadano estará encantado de desplazarse si dispone de un aeropuerto a menos de dos horas en coche.
No solo las capitales de provincia, ciudades como Almansa, Valdepeñas, Manzanares, entre otras, cumplen con los requisitos que hemos visto anteriormente.
Cualquiera de estos municipios tiene potencial para atraer trabajadores remotos, pero ¿cómo se puede conseguir atraer este tipo de talento?
Atrayendo talento
Hay dos tipos de teletrabajadores que se pueden atraer a este tipo de localidades:
- Trabajadores retornados. Mucho talento ha salido hacia las grandes capitales europeas, profesionales que ahora disponen de la posibilidad de trabajar en remoto y que estarían encantados de volver a su tierra de origen. La mejor forma de atraer a este tipo de trabajadores es mediante facilidades a la reubicación y un buen tratamiento fiscal.
- Profesionales en busca de una nueva ubicación. Existe una gran competencia por atraer a este tipo de profesionales. En el pasado Barcelona tuvo un gran éxito atrayendo a profesionales liberales o profesionales con capacidad de trabajo en remoto, la principal baza de Barcelona siempre fue el posicionarse como un destino para este tipo de profesionales. Ofrecer espacios de trabajo (co-working) adaptados, facilitar los trámites necesarios (búsqueda de vivienda, centros educativos, centros médicos) de forma remota y, sobre todo, conseguir comenzar a mover la rueda de este tipo de profesionales. Este tipo de profesionales son la mejor baja para atraer a otros trabajadores similares, como hemos podido ver recientemente con los Youtubers en Andorra. Son habituales los eventos profesionales y es común que los organicen en los mismos lugares donde residen.
Una gran oportunidad
La deslocalización y el trabajo remoto pueden suponer una nueva revolución industrial, grandes hubs tecnológicos pujan por hacerse con la presencia de los gigantes tecnológicos, como es el caso de los recientes éxitos de Málaga, pero existe una gran posibilidad de atraer a trabajadores remotos y, en este caso, comunidades como Castilla-La Mancha se encuentran en una gran situación para atraer este tipo de talento.