En España, la energía eólica es ya la primera tecnología de nuestro mix energético. Gracias al viento, un 23 % de la electricidad que consumimos se produce en los parques eólicos instalados en el 9 % de los municipios españoles. Estos parques eólicos están distribuidos prácticamente en todas las provincias, a excepción de seis que no cuentan con instalaciones eólicas (Córdoba, Gerona, Badajoz, Madrid, Ceuta y Melilla).
En la provincia de Albacete, el 39 % de los municipios cuenta con parques eólicos. Estos parques generan actividad industrial en el territorio, derivada de la construcción y las actividades de mantenimiento de los parques. Esto permite que, en los municipios donde se sitúan parques eólicos, se hayan podido desarrollar planes industriales basados en la cadena de valor de la actividad eólica. Además, los parques eólicos tienden a localizarse en municipios en los que la población es baja (la España vaciada), contribuyendo a fijar población, dado que generan actividad económica y empleo.
El viento crea el matrimonio perfecto
Un ejemplo perfecto de la convivencia entre la eólica y el entorno rural es el pueblo de Higueruela, en Albacete. Este municipio ha sido distinguido recientemente con el Premio EOLO a la Integración Rural, que otorga anualmente la Asociación Empresarial Eólica. Higueruela, situado en el sureste de la provincia de Albacete, cuenta con una población de 1.135 habitantes. Su economía se basa principalmente en la agricultura, ya que cuenta con grandes extensiones de vid y cereal, entre otros cultivos, pero el gran motor económico del municipio es la producción de energía eólica.
La potencia eólica instalada en esta localidad se reparte en 5 parques eólicos, que todos ellos suman 243 aerogeneradores desarrollados por Iberdrola. Estas turbinas tienen una producción equivalente al consumo de energía de 200.000 hogares españoles.
La construcción y puesta en marcha de los parques eólicos de Higueruela supuso un antes y un después para el pueblo. Gracias a la instalación de los parques, se crearon numerosos puestos de trabajo, lo que hizo que el pueblo contara con una población fija y estable, ajena a la despoblación que muchos otros pueblos sufren por falta de actividad y trabajo para sus vecinos. La creación de empleo gracias a la instalación de los parques eólicos hizo que multitud de jóvenes eligieran quedarse a vivir en el pueblo. Así, a los hijos de los trabajadores que decidieron formar allí una familia se les conoce cariñosamente en Higueruela como “la generación de los molinos”.
Por otra parte, el Ayuntamiento ha visto aumentados sus ingresos de forma considerable. Gracias a ellos, se pudo construir una residencia geriátrica, escuelas deportivas y de música, un centro joven, una ludoteca, una biblioteca, una escuela infantil y diferentes instalaciones deportivas, entre otros servicios. Además, se amplió la oferta de actividades culturales y educativas para todas las edades.
La empresa promotora de los parques eólicos, Iberdrola, construyó un edificio que se emplea como aula de formación, llamado “Casa de los Molinos”, al que acuden centros escolares y otras entidades que desean conocer la importancia de la energía eólica y el funcionamiento de estos gigantes del viento. Además, Iberdrola ha contribuido a investigar el recientemente descubierto yacimiento arqueológico Arquerías.
Cabe destacar que Higueruela se plantea como principal objetivo el fomento del turismo, que tiene como punto fuerte la apuesta por la energía eólica. El llamativo contraste de los grandes molinos de viento en un entorno rural hace de Higueruela el pueblo idóneo donde resaltar la creciente importancia de las energías limpias, y todo ello sin perder de vista, por supuesto, los otros grandes atractivos de la zona: su laguna; sus singulares árboles; su excelente gastronomía basada en el cordero manchego; sus quesos y sus exquisitos vinos de garnacha; así como el recientemente descubierto yacimiento arqueológico, el cual se remonta a más de 1.000 años atrás y nos lleva a conocer un poco más sobre la vida de nuestros antepasados árabes.
En definitiva, es un ejemplo de matrimonio perfecto, que apuesta por las energías limpias, donde el fomento y la explotación de la energía eólica ha tenido un impacto positivo y directo sobre los vecinos del pueblo.
La energía que mueve Castilla-La Mancha
Aparte de la creación de empleo y riqueza local derivada de su propia actividad, los parques eólicos realizan pagos a los propietarios del suelo en el que se sitúan, y también cánones. En Castilla-La Mancha, se ha establecido un canon eólico, entendiendo el canon eólico como una compensación que deben realizar los promotores de parques eólicos por el uso del viento. Estos cánones se han definido como un pago por la instalación de aerogeneradores y por la construcción de infraestructuras eléctricas y accesos. En 2020, en Castilla-La Mancha, se recaudaron casi 15 millones de euros anuales.
En la actualidad, la potencia eólica total en la provincia de Albacete está representada por 2.088,14 MW repartidos en 83 parques eólicos, con una generación eólica de 4.199 MWh, siendo la 4ª provincia española con mayor producción eólica. En Castilla-La Mancha, la potencia instalada es de 3.954,19 MW, cifra que le otorga ser la 3ª comunidad autónoma con más potencia eólica instalada en España.