El Centro de Operación de Renovables (CORE) de Toledo cumple 20 años. Entró en funcionamiento a finales de 2003 para gestionar los parques eólicos y fotovoltaicos de Iberdrola Renovables, una filial que había nacido apenas un año antes. Su objetivo era mejorar la gestión técnica y el rendimiento económico de las instalaciones para, de este modo, incrementar la calidad de la energía renovable suministrada.
Comenzó supervisando 29 parques eólicos españoles, pero muy pronto se integraron en él subestaciones eléctricas y centrales hidráulicas, así como otras instalaciones eólicas situadas en países como Francia, Italia, Portugal, Polonia o Alemania. En la actualidad el centro opera desde Toledo más de 300 instalaciones de parques eólicos, plantas fotovoltaicas, subestaciones eléctricas y baterías ubicadas en 11 países. Desde el CORE se monitorizan más de 3.000.000 de datos en tiempo real y controla más de 13.000 MW de potencia activa.
Para Gustavo Moreno, responsable del CORE “este centro ha sido replicado en otras partes del mundo y también por otras empresas, lo que fortalece la idea de que verdaderamente es un caso de éxito. Aquí trabajan más de 50 personas que manejan unos 10.000 aerogeneradores eólicos e inversores fotovoltaicos. Si detectamos un problema en un aerogenerador de manera remota podemos solucionarlo en pocos minutos, o ponerlo a producir energía cuando se necesite”.
El CORE de Toledo fue la primera instalación de estas características puesta en marcha en todo el mundo y se convirtió en una referencia de alta tecnología a nivel internacional. Durante sus 20 años de funcionamiento, ha experimentado una evolución constante y ha sido precursora de nuevas aplicaciones y progresos en la planificación, operación y mantenimiento de los parques eólicos y fotovoltaicos. La compañía ha exportado el modelo español a los demás países en los que ha ido desarrollando centros de control de energías renovables. Es el caso de los centros de Portland (Estados Unidos) en 2010, Whitleee (Escocia) 2011 y Rio de Janeiro (Brasil) en 2019.
Entre las principales funciones del CORE de Toledo destacan atender las incidencias de forma remota, disponer de toda la información de explotación de manera centralizada e incorporar nuevas funciones de control de la energía. Todo ello con una plantilla especializada formada por operadores, ingenieros e informáticos da soporte en remoto a cualquier incidencia que se produzca en las instalaciones conectadas al centro.
El CORE permite tener innovación tecnológica, operación y control en tiempo real del estado de las instalaciones, gestión inteligente de alarmas, atención de incidencias, optimización de los costes de explotación, aumento de la disponibilidad y producción, adquisición, tratamiento y almacenamiento de la información, infraestructuras y servicios de valor añadido con un alto componente de especialización.
De esta forma se consigue así aumentar la disponibilidad de las plantas y mejorar la gestión del personal. Además, la gestión centralizada y homogénea permite mejorar los procesos de mantenimiento.
Desde su apertura en 2003, esta instalación estratégica ha sido fundamental para el desarrollo y mejora de la operación de las instalaciones de energías renovables, permitiendo optimizar la gestión técnica de las instalaciones, así como su rendimiento económico, mejorando de este modo la calidad de la energía renovable suministrada.
Conociendo una instalación singular
Con motivo del vigésimo aniversario y para dar a conocer más este proyecto, Iberdrola organizará distintas visitas con profesionales, ingenieros y periodistas que a lo largo de las próximas semanas pasarán por el Centro.
A lo largo de estos años, el CORE ha recibido multitud de visitas de profesionales y gobiernos de todo el mundo que han utilizado el proyecto de Toledo como modelo y ejemplo para exportar a otros lugares. Hoy en día es un punto de referencia tecnológica ubicado en la ciudad de las tres culturas.