Volvo quiere llegar a 2025 con un escenario de cero accidentes mortales en sus coches y para ello está dispuesta a dar un paso más muy relevante. Va a instalar en el interior de sus vehículos cámaras y sensores para detectar si el conductor está “claramente distraído” o conduce bajo los efectos del alcohol o las drogas y no reacciona a las señales de advertencia.
Según la marca, este anuncio debe contemplarse junto con su decisión de limitar la velocidad máxima de todos sus vehículos a 180 km/h a partir del año modelo 2021 “para enviar un mensaje inequívoco sobre los peligros del exceso de velocidad”.
Volvo ha explicado que con esas cámaras y sensores, el propio sistema podría intervenir para evitar el riesgo de un accidente a través de limitar la velocidad del vehículo, alertar al servicio de asistencia ‘Volvo on Call‘ o, como último recurso, aminorar la marcha de forma activa y estacionando el vehículo de un modo seguro.
El vicepresidente primero de Investigación y Desarrollo de Volvo Cars, Henrik Green, ha señalado que el objetivo de la empresa en materia de seguridad es evitar los accidentes y no solo “limitar su impacto” cuando este sea inminente e inevitable. “En este caso, las cámaras vigilarán para detectar cualquier comportamiento que pueda provocar lesiones graves o la muerte”, ha añadido.
Entre estos comportamientos se encuentran, por ejemplo, la ausencia total de manejo de la dirección durante un tiempo prolongado, mantener los ojos cerrados o la mirada apartada de la carretera durante demasiado tiempo, realizar zigzagueos exagerados entre carriles o tiempos de reacción “excesivamente lentos”.
La introducción de cámaras en todos los modelos Volvo comenzará a partir de la próxima generación de su plataforma escalable de vehículos SPA2 a principios de la década de 2020.