Subaru lleva ya varios años trabajando con el Gas Licuado del Petróleo (GLP) o Autogas, uno de los combustibles alternativos con mayor penetración en el mercado mundial con casi 27 millones de vehículos en circulación, 15 millones de ellos en Europa y más de 60.000 unidades circulando por las carreteras españolas. Sus vehículos bi-fuel, capaces de funcionar tanto con gasolina como con GLP, reafirman de este modo el compromiso con la protección del medioambiente y es un eslabón más en la estrategia de la marca japonesa hacia la diversificación energética.

Los clientes respaldan esa apuesta, pues este año uno de cada cinco modelos que venden es bi-fuel, lo que significa triplicar las cifras de 2018. Con la llegada del Outback 2019 se completa la actualización de la gama SUV Subaru, que comenzó con la llegada del XV y siguió con el Forester 2019, estando todos ellos disponibles en versión ECO bi-fuel equipada con dos depósitos -uno de gasolina (50/60 litros, dependiendo del modelo) y otro de gas (entre 46 y 60 litros)- y pudiendo circular indistintamente con ambos combustibles con una autonomía total superior a los 1.000 km.

Los vehículos propulsados por GLP están reconocidos por la DGT con la etiqueta ECO gracias a sus bajas emisiones de CO2 y, sobre todo, de óxidos de nitrógeno. Durante su combustión, el gas licuado genera aproximadamente un 15% menos de emisiones de CO2 que la gasolina y un 10% menos que el gasóleo. Además, cuando el vehículo consume GLP es sensiblemente más silencioso, lo cual redunda en el confort de todos los ocupantes. El coste de las versiones bi-fuel de GLP (1.750€ sobre el precio de la versión gasolina), se compensa por el sustancial ahorro en el coste por kilómetro, ya que el litro de GLP tiene un precio muy inferior al de los combustibles tradicionales.