José Domínguez Abascal, secretario de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica, quiso estar ayer presente en el acto celebrado en Madrid para la entrega del premio “Energía y Sostenibilidad” otorgado por Sedigas al fabricante español, ya que en un entorno en el que la electrificación parece ser la única tecnología alternativa a los combustibles fósiles, Seat lleva años “ganando tiempo” con el gas natural mientras el Grupo Volkswagen se decide a darle modelos híbridos y eléctricos.
Es por ello que, a día de hoy, Seat es la automovilística europea que cuenta con la gama más amplia de vehículos de gas natural comprimido (GNC), con tres modelos producidos en la planta de la compañía en Martorell: el León, el Ibiza y el Arona, el único SUV GNC del mundo. En 2018 la compañía triplicó sus ventas de vehículos GNC y anunció una inversión de 6 millones de euros para ampliar la capacidad de la fábrica y elevar así de 90 a 250 la cifra de vehículos diarios de gas que produce.
Luca de Meo recogió el premio de manos de Rosa María Sanz, presidenta de Sedigas y afirmó que “está convencido de que el gas natural es clave en la transición hacia la movilidad sostenible”. En este sentido, de Meo también ha destacado que “el objetivo que debemos marcarnos es que el biometano sea contabilizado como combustible de origen renovable, y es aquí donde los certificados de origen juegan un rol fundamental”.
La movilidad con gas natural se considera medioambientalmente eficiente por parte de la Unión Europea, por lo que este tipo de combustible ofrece la ventaja de poder acceder a ciudades europeas cuando hay restricciones por contaminación. Y es que no todo tiene por qué ser kilowatios hora a la hora de moverse por la ciudad.