Renovar un producto como el Volkswagen Golf, que es más una filosofía ya con 45 años y 35 millones de unidades vendidas, es siempre una tarea difícil que se afronta con continuismo y avances en el plano tecnológico y de la eficiencia en el caso del mundo del motor. La octava generación ahonda en esta máxima con versiones híbridas e híbridas enchufables desde su lanzamiento y con un despliegue de tecnología ímprobo desde las variantes de acceso.
Gracias a la tecnología Car2X incorporada de serie en el nuevo Golf, el vehículo intercambia datos de otros usuarios de la carretera y de las infraestructuras con otros coches. Con ello puede recibir informaciones de otros coches que circulan por delante, lo que avisa sobre accidentes, placas de hielo, retenciones y otras informaciones importantes. Y por ello contribuye a mejorar la seguridad vial. Se pueden recibir datos de coches a una distancia de hasta 800 metros y de otras marcas siempre que empleen el mismo protocolo Car2X.
También ofrece un paso más en digitalización con una gran pantalla táctil, un cuadro de instrumentos totalmente digital y configurable, y opcionalmente también un completo sistema head up display de proyección de datos sobre el parabrisas en color. Además de esto, estrena nuevo sistema de conducción asistida que incorpora los sistemas más avanzados de ayudas a la conducción y a nivel de seguridad. Gracias al Travel Assist, el vehículo puede manejar el volante, acelerador y freno de manera automática hasta un máximo de 210 km/h.
Volkswagen abrirá la fase de pedidos para el nuevo Golf en diciembre, aunque las primeras unidades no llegarán hasta febrero