El primer modelo de la ofensiva eléctrica de Seat va a ser un coche que llega dispuesto a desestabilizar el segmento, un coche que, sin grandes alharacas frente a sus versiones de combustión, consigue posicionarse como una de las alternativas más interesantes para ejercer de segundo vehículo en cualquier casa que necesite un uso intensivo urbano en cualquiera de las grandes ciudades de nuestro país. 

Para ello tiene una serie de características muy interesantes. En sus 3,95m concentra lo mejor de la tecnología eléctrica del grupo Volkswagen, empezando por su conjunto motor. Su motor de 83 CV (61 kW) y 212Nm de par le permite acelerar de 0 a 50 km/h en solo 3,9 segundos, convirtiendo las salidas de semáforo en una divertida actividad. La batería de iones de litio de 36,8 kWh de capacidad le otorga una autonomía de hasta 260 km en una sola carga, según el ciclo de pruebas WLTP, una distancia que llega a 360km en entorno urbano. Esta batería se podrá cargar al 80% en 1 hora en un enchufe de carga rápida, mientras que en un enchufe convencional de 7,2 kW esa carga llevará 4 horas.

 

Los cambios estéticos son mínimos, y distinguirlo de otro Mii se hace mediante el lettering. Las llantas específicas de 16” son muy elegantes, y lo mejor es que esta versión eléctrica llegará con un gran equipamiento que incluye de serie el asistente de cambio involuntario de carril 'Lane Assist'. La oferta consta de dos acabados diferentes con cinco paquetes de equipamiento opcional: Garage, Easy Flex, Below Zero, Home Charge y FAST (carga CC). Llegará a los concesionarios en febrero de 2020. 

Lo mejor del nuevo Seat Mii electric será su oferta de lanzamiento. Habrá una variante Plus que saldrá por 22.380 euros de tarifa pero que podrá adquirirse a un coste de 17.900 euros si se opta por financiar con la marca. Si los clientes son además capaces de acogerse al Plan MOVES -dando de baja un vehículo de más de 10 años de antiguedad-, podrían obtener subvenciones de hasta 5.500 euros, con lo que el precio final se reduciría a los 12.400 euros, apenas 2 millones de las antiguas pesetas que sin duda posicionarían a este coche como el 600 del siglo XXI en lo que a democratización de la electrificación se refiere.