El último scooter en llegar a la firma de Taiwan destaca por sus líneas futuristas, por su estética deportiva, por una mecánica potente y por incorporar un GPS específico para motos, pero la competencia en el sector de cilindrada media está muy reñida, y además de la llegada de BMW con su C-400 en versiones X y GT, los tradicionales Suzuki Burgman y Yamaha X-Max no pierden comba con unos productos más que testados que, en el caso de Suzuki, presenta la parte ciclo más evolucionada de todos.
Tras 15 años en el mercado el Kymco Xciting da un gran paso adelante en calidad y presenta una versión S con mucho más punch, un scooter con mucho más feeling de moto que ofrece una gran experiencia de conducción. Con toda la iluminación en LED la imagen estética de esta nueva versión se inspira directamente en el buque insignia de la marca, el AK550, y presenta una silueta muy agresiva y contundente obra del centro de diseño que la marca tiene en Verona, Italia.
El motor ha sido totalmente rediseñado (cámara de combustión, válvulas, inyección…) y ofrece la misma potencia (35,5 CV) pero cumpliendo con la futura y estricta normativa de emisiones Euro 5 que empezará a aplicarse en la UE en 2021. La ergonomía se ha revisado, y gracias a un asiento más bajo y una cúpula más envolvente que además es regulable, tiene una mejor protección aerodinámica. El hueco bajo el asiento acoge un casco integral sin problemas y alguna cosa más, y los del escudo, con toma de 12V, tienen ahora cierre electrónico.
El nuevo cuadro de instrumentos de 3 relojes combina un velocímetro analógico (de reducida visibilidad, por cierto), con sendas pantallas, una del ordenador de a bordo y otra que se puede configurar y en la que se mostrará el nuevo GPS para moto de la marca a través de la conexión bluetooth con el teléfono. Una vez en marcha el nuevo Kymco Xciting 400S se muestra más contundente en todo momento, muy cómodo en los desplazamientos interurbanos manteniendo una agilidad urbana superior a modelos de mayor cilindrada. Su precio arranca en 6.399 euros, y uno de sus rivales más duros es otra institución de esta categoría.
Suzuki Made in Japan
Y es que Suzuki también ha renovado todo un icono como es el Burgman en su versión de 400, un scooter con 20 años a sus espaldas que ha abandonado parte de su espíritu GT para competir en un segmento que cada vez se ha vuelto más “picante”. El nuevo Burgman es más ligero, pierde algo de capacidad de carga pero mantiene una parte ciclo que es sin duda la mejor de su categoría. Además, es el único que se sigue fabricando en Japón, sin duda una garantía de calidad que el cliente más exquisito apreciará.
Lo mejor del Burgman es su chasis. Emplea un sistema de monoamortiguador tumbado inferior con bieletas, un sistema único en su clase que marca la diferencia y que lleva llanta de 14" detrás y, ahora sí por fin, de 15” delante, con lo que la pisada del Suzuki es mucho más estable, lo que unido a una mayor rigidez y a la frenada con ABS firmada por Nissin hace de la conducción del Burgman un verdadero placer. Su motor se ha adaptado a la normativa Euro4 y por ello la potencia se queda en 34CV, algo que la marca nipona ha compensado con más bajos y menores consumos, con lo que el Burgman se muestra pletórico en todo momento por el perfecto matrimonio que hacen mecánica y chasis.
En el cofre bajo el asiento todavía cabe un integral y un casco jet, incluso dos integrales si son pequeños, y delante mantiene dos guanteras amplias, con enchufe de 12v. El cuadro de mandos, con dos esferas analógicas y una pantalla central LCD con mucha información, sin llegar a ser tan avanzado como el Kymco, cumple bien su función, y mantiene un clasicismo que nos encanta. En marcha el Suzuki Burgman se muestra refinado al máximo, y el toque japonés se aprecia en la finura de todos los mandos. Su precio, de 7.899 euros, está ahora en campaña y se puede conseguir por 6.999 euros, sin duda una ganga para la ingeniería que esconde detrás y que pone las cosas muy difíciles al Kymco.