La fabricación de material sanitario se ha convertido en uno de los grandes problemas que afrontan todos los países, especialmente grave en Italia por la evolución del Covid-19 entre sus habitantes. El Gobierno de Sergio Matarella lleva días desbordado ante la falta de uno de los componentes que más necesarios se han vuelto en estos días en la lucha contra el coronavirus: las válvulas respiratorias.
El alto precio de este componente hace que el stock se limitara al necesario para atender a las necesidades diarias, y ahora las empresas que los fabrican no pueden atender la demanda. Por este motivo, la principal compañía encargada de producir las válvulas respiratorias (Siare), en común acuerdo con el gobierno, ha pedido ayuda a importantes empresas italianas, entre las que el grupo FCA es de las más destacadas.
El grupo automovilístico Fiat Chrysler Automobiles había anunciado que suspenderá la actividad productiva en la mayoría de las factorías que tienen en Europa como consecuencia del brote de coronavirus a partir del 27 de marzo, pero con este nuevo encargo puede que parte quedé funcionando. Además, el consorcio resaltó que aprovechará los paros productivos en sus plantas para realizar revisiones de los protocolos de calidad y para aumentar la productividad.
FCA, matriz de Fiat, Ferrari o Alfa Romeo, que son auténticas enseñas italianas, se une así a los equipos de Fórmula 1 con sede en Gran Bretaña que se habían puesto a disposición del Gobierno, siguiendo los requerimientos del mismo, para la fabricación de material sanitario, así como el potencial uso de los superordenadores que poseen para diferentes desarrollos de ingeniería en esta guerra sin cuartel que asola al planeta.