Nada más ver el icónico depósito con forma de lágrima los amantes de las BMW clásicas sabrán identificar la inspiración de esta nueva moto que la sección de dos ruedas de la marca alemana acaba de presentar: la BMW R5 de 1936. Motorrad echa así la vista atrás a sus orígenes y pone a disposición de sus clientes una montura de innata elegancia en la que el diseño se ha cuidado al detalle.
Toda gira en torno al sempiterno motor bóxer, seña y santo de BMW en el mundo de las dos ruedas, que aquí cobra proporciones gigantescas. La BMW R18 2020 luce así con orgullo sus 1.800 centímetros cúbicos, una mecánica que ofrece 91CV de potencia y 158Nm de fuerza para que la conducción sea puro placer “tranquilo”. El chasis que acoge este motor presenta una estructura igual de clásica, y la horquilla tradicional delantera y la suspensión trasera cantilever completan una parte ciclo de lo más acorde a su espíritu.
A nivel de ayudas a la conducción con la que llevar las riendas de semejante poderío mecánico, la nueva BMW R18, además de un equipo de frenos Brembo de primera, lleva control de tracción desconectable, tiene diferentes modos de conducción para adaptarse a la climatología y el asfalto, monta control de par de arrastre motor, asistente de arranque en pendiente y un sistema de marcha atrás opcional para ayudarnos a maniobras en pendientes. En el cuadro de mandos impera la sencillez, una única esfera con un pequeño display.
El mayor atractivo de la BMW R18 2020 va a estar en las innumerables posibilidades de personalización que va a ofrecer. Además de que el mercado postventa ya se frota las manos, desde su lanzamiento BMW colabora con preparadores del nivel de Roland Sands Design y con otros proveedores de primer nivel, como los asientos Mustang o los escapes Vance & Hines para ofrecer una versión de lo más “macarra”.