Desde Mazda aseguran que los 200Km de autonomía media que consigue su nuevo crossover 100% eléctrico son suficientes para la mayoría de los conductores europeos, que recorren una media de unos 50 kilómetros al día, pero la realidad es que mientras no haya una red de carga más extensa, este coche en España puede ver limitadas sus opciones de éxito comercial por esta limitación, máxime cuando su “hermano gemelo” CX-30 es incluso más bonito y ya cuenta con la etiqueta ECO.
Independientemente del frío dato, este todocamino de 4,4 metros de largo, 1,8 metros de ancho y 1,55 metros de alto llama la atención por un diseño interior y exterior minimalista, pero muy diferenciador. Con el CX-30 comparte plataforma y por tanto medidas, lo cual es una gran noticia, pues es de los modelos más bonitos y versátiles de su segmento, y se diferencian por 2cm de altura.
La gran singularidad de este modelo-como ya lo hizo en el Mazda RX-8- está en el lateral con unas puertas que tienen apertura enfrentada: la carrocería carece del pilar central B y las puertas traseras se abren en el sentido contrario en el que lo hacen en todos los coches. Esto, además de original, también es funcional, ya que su grado de apertura es casi vertical, de 82º, lo que facilita acceder al interior o colocar a un menor en su silla de retención. Está homologado para 5 ocupantes, y como no está pensado para viajar, el habitáculo resulta más que suficiente.
El diseño minimalista hace que todo se concentre en cuatro pantallas digitales: el cuadro de instrumentación, el head-up display que proyecta la información más relevante en el parabrisas a la altura de los ojos, el sistema de infoentretenimiento y la de la climatización, ofreciendo un salpicadero muy despejado. La consola que aloja la palanca de cambios de la transmisión automática es flotante y deja un hueco para colocar objetos. El material que la recubre es de corcho, haciendo un guiño al centenario de la marca japonesa, cuyos inicios se centraron en la fabricación de este material; la piel es sintética y los paneles de las puertas están recubiertos de material reciclado proveniente de botellas de plástico (PET).
¿Y cómo se conduce este eléctrico? Pues Mazda dice que como uno de combustión, de hecho le ha añadido un sonido artificial que imita ligeramente el ruido de un motor de gasolina para que seamos conscientes de nuestras aceleraciones (de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos) y de nuestra velocidad (está limitada a 140 km/h). Tiene 145CV (el par es de 271Nm) y una batería de 35,5 kWh con la que se pueden recorrer unos 200 km, que pueden ser más de 260km si solo se circula por ciudad según el fabricante. No nos hemos podido poner aún a sus mandos, así que queda pendiente comprobarlo.
El Mazda MX-30 debe mantenerse fiel a la filosofía Jinba Ittai (conexión entre jinete y montura) de la marca, y al contar con las aceleraciones inmediatas de un eléctrico el dinamismo debe estar garantizado. Tiene 5 modos de conducción y además lleva levas en el volante. Su precio (con descuento de la marca y del Moves) parte de los 27.665 euros y se acompaña de un wallbox de recarga de 6,6 kW con el que se tardan unas tres horas para cargar del 20 al 80% de la batería.