Tras la confirmación por parte del consejero delegado del Grupo PSA, Carlos Tavares, de que la fusión entre su compañía y el grupo Fiat Chrysler Automobiles (FCA) continúa según lo previsto y aportará unas sinergias de al menos 3.700 millones de euros, había que ponerle un nombre comercial. Y la elección es grandilocuente.
Stellantis permitirá a ambas empresas disminuir el gasto en investigación y desarrollo necesario para la llegada de una movilidad más limpia, segura y asequible, y este nombre evoca constelaciones sin contaminación, ya que es una palabra latina que significa "brillar en las estrellas".
Stellantis está inspirado en esta nueva y prometedora alineación de legendarias marcas de automóviles y fuertes culturas corporativas que, al unirse, crean uno de los nuevos líderes en la próxima era de movilidad. La unión de los dos grupos automotrices formará el cuarto grupo mundial en volumen total y el tercero en ventas que se cifran en 167.000 millones de euros.
La fusión de los dos grandes fabricantes está en fase de concreción por parte de los respectivos equipos. Según han avisado los responsables de PSA, Tavares, y de FCA, John Elkann, no hay ningún problema en cuanto al desequilibrio financieron de uno y otro grupo y por tanto la propiedad de Stellantis se repartirá al 50%, tal y como se pactó en diciembre.
Ambos conglomerados industriales de automoción trabajan también en ofrecer garantías a la Comisión Europea de que su unión no se traducirá en un oligopolio en el segmento de las furgonetas ligeras, cuyo porcentaje cercano al 40% en propiedad de estos grupos ha alertado a las autoridades de Competencia en la Unión Europea.