La combinación de carrocería SUV y mecánica de altas prestaciones es una fórmula de mucho éxito entre los clientes de modelos Premium, y por eso Audi ha dado una vuelta de tuerca a los modelos S de sus todocaminos más grandes, el Q7 y el Q8, que gracias al nuevo motor V8 consiguen combinar lo mejor de dos mundos.
Su propulsor V8 biturbo cuenta con sistema de desconexión de cilindros en el que cuando se circula a ritmos moderados automáticamente dejan de funcionar 4 para así reducir el consumo, que vuelven a entrar en funcionamiento cuando se demanda al propulsor más potencia. Ello permite que sus 507CV le den un registro de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos, pasar de 80 a 120 km/h en 3,8 segundos y una velocidad máxima (limitada electrónicamente) de 250 km/h.
También son de serie la transmisión automática Tiptronic de 8 velocidades, la tracción integral permanente Quattro, el tren de rodaje con la suspensión adaptativa Sport, el control de amortiguación o la dirección a las cuatro ruedas (a baja velocidad las traseras giran hasta 5 grados en dirección contraria para facilitar las maniobras, mientras que por encima de los 60 km/h lo hacen ligeramente en la misma para mejorar la estabilidad y los cambios rápidos de dirección). Además, el conductor puede elegir hasta siete perfiles de conducción (Confort, auto, dynamic, efficiency, allroad, offroad e individual) a través del Audi drive select.
El Audi SQ7 sale de fábrica con llantas de 20 pulgadas (opcionalmente puede ser hasta 22 pulgadas), mientras que en el Audi SQ8 las de serie son de 21 pulgadas (se pueden elegir hasta de 23). Ambos modelos equipan frenos delanteros con discos de 400 milímetros de diámetro y pinzas con el logo S. Dentro de la lista de accesorios, el conductor puede elegir frenos de discos carbocerámicos con las pinzas de freno pintadas en color gris antracita. En materia de conectividad, los nuevos Audi SQ7 y SQ8 incorporan nuevas funciones para los sistemas de infoentretenimiento; así como ayudas a la conducción de última generación.