Y además de todo ello, con la suspensión neumática E-ABC el Mercedes GLE ve como sus capacidades offroad consiguen cotas de verdadero 4x4. Y es que hablamos de una suspensión neumática con amortiguadores de dos cámaras, controlada electrónicamente con avances que son verdaderas virguerías. Es un sistema de dureza variable, con múltiples posibilidades de regulación en altura: entre su punto más alto y más bajo, hay hasta 14cm de recorrido, con otros 25mm extra de reducción para el modo Sport+ que convierte de este SUV de más de 2 toneladas en una especie de compacto GTI.

Pero lo más increíble del E-Active Body Control es la funcionalidad de curva, que se activa con el modo de conducción “Curve”. Gracias a un conjunto de acelerómetros y un sistema de cámaras, la carrocería del Mercedes GLE se inclina hacia el interior de la curva en los giros, con lo que elimina una gran parte de la inercia que existe en esa maniobra pudiendo afrontarla a más velocidad y con mayor control. El nivel de inclinación es variable hasta los tres grados, y hasta que nos acostumbramos a ello puede generar una sensación extraña e incluso producir cierto mareo a los niños que no estén acostumbrados.

 

Además de actuar como una moto, la suspensión E-Active Body Control de Mercedes, que también se puede disfrutar en el buque insignia de la marca, el Clase S, del que este modelo SUV ha heredado el software, es capaz de ajustar su dureza en tiempo real mediante una cámara y un radar que leen las irregularidades del asfalto, variando continuamente su amortiguación y anulando los movimientos de la carrocería ante baches o badenes. La comodidad que aporta es por tanto inmejorable.

Esta funcionalidad resulta el mejor aliado a la hora de hacer offroad, pues permite ajustar en todo momento la altura de la carrocería de modo individual para cada rueda, y todo ello desde la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento MBUX. En conjunción con la reductora y los distintos modos de conducción 4x4 que se ofrecen en opción con el paquete plus, el GLE puede presumir de unas capacidades camperas dignas de su hermano y referente en estas lides, el Clase G. Hay incluso un modo para “liberar ruedas” que hace que la suspensión “salte” como ayuda en caso de que el coche se atasque en arena o barro y no se disponga de ayuda externa. Increíble.

 

La cuarta generación del Mercedes GLE se convierte con esta suspensión en un coche capaz de afrontar cualquier circunstancia de conducción. En conjunción con sus 7 plazas disponibles en opción y su plataforma preparada para la hibridación ofrece un producto que nos resulta difícilmente superable.