El maremoto que en 2015 supuso el escándalo del Dieselgate desató una revolución en Volkswagen de la que ahora, tras más de 30.000 millones de inversión, tenemos el primer producto palpable, su primer coche concebido y fabricado como un modelo 100% eléctrico, el ID.3. Primero de una saga que se irá complementando a lo largo de los próximos años con distintas carrocerías enfocadas a todos y cada uno de los segmentos donde el gigante alemán de la automoción está presente y basadas en la nueva plataforma MEB para automóviles eléctricos. Su llegada por cierto acaba con la existencia del e-Golf y demás desarrollos eléctricos basados en modelos de combustión del grupo. 

Este chasis es un desarrollo que usarán todas las marcas del Grupo Volkswagen, así que la veremos tanto en el Cupra el-Born como en el Skoda Enyaq o el Audi Q4-etron, llegando incluso a comercializarse en el mercado para que otros fabricantes puedan beneficiarse de ella y Volkswagen acortar los tiempos de amortización. Pero el primero en estrenarla, como no podía ser de otra manera, es el coche que está llamado a ser el Golf del S.XXI, el vehículo que quiere democratizar la movilidad eléctrica más avanzada, el Volkswagen ID.3. Una empresa sin duda demasiado ambiciosa vista la competencia existente ya en el mercado.

 

Su estética es rompedora para lo que la marca nos tiene acostumbrados, con una mezcla entre monovolumen y SUV derivada de su concepción técnica, ya que las baterías alojadas en el suelo hacen necesaria una mayor altura de carrocería. Por medidas es prácticamente calcado a su hermano de combustión compacto, el Golf, y aunque su batalla está más cerca del Passat, una berlina del segmento D, el espacio interior, aunque amplio, no es abrumador. Sí, hay buen espacio para las piernas detrás, pero no destaca en anchura ni altura y su maletero se queda en 385 litros.

Los costes mandan

Hablando del habitáculo las primeras críticas han llegado ya por el lado de la calidad percibida, uno de los valores por los que el Volkswagen Golf siempre ha sido alabado. Ahora había que ajustar los costes al máximo para poder ofrecer versiones de acceso a precios racionales, y ello ha supuesto acabados y uso de materiales de tacto y aspecto menos exquisito de lo que los clientes de la marca están acostumbrados. La evolución de la tecnología eléctrica avanza a pasos agigantados, y dado que los modelos actuales se verán superados en poco tiempo en lo que a eficiencia y capacidades de carga se refiere, no parecen pensados para durar tanto como antes.

Aun así, el ID.3 se siente un Volkswagen, y cuando recorres los primeros metros y las sensaciones de conducción llegan a tus sentidos empiezas a valorar los esfuerzos que la marca ha hecho para que se sienta como un modelo Premium. La propulsión trasera y los 204CV que aguardan bajo el pedal del acelerador de la versión Pro Performance que hemos podido probar garantizan una conducción llena de diversión. Los 1.800Kg que pesa se sienten así muy ligeros, y la estabilidad está garantizada gracias al bajo centro de gravedad inherente a los eléctricos de nueva generación. Sin duda conducirlo es la mejor receta para volver a convencernos de que la movilidad eléctrica va a ser muy divertida.

Porque además de esas aceleraciones instantáneas, la gestión de la autonomía va a ser el gran reto de los conductores de vehículos eléctricos, ya que ésta es enormemente sensible al estilo de conducción. El Volkswagen ID.3 va a tener 3 potencias y 3 capacidades de batería disponibles, desde el Pure con 45Kwh y 126CV que homologará 330Km de alcance, hasta el Pro S de 77kw, 204CV y 550Km de autonomía. Entre medias, la versión Performance de 58Kwh, con 145 ó 204CV y 425km de rango de viaje. 

Una talla a medida

Las tarifas oficiales con las que arranca en el lanzamiento parten de los 36.145 euros de la variante Performance, y llegan hasta los 48.225 euros de la Pro S más equipada. En 2021, con la llegada del modelo de acceso el precio debe quedar por debajo de 30.000 euros, a los que con los descuentos de campaña, los de financiación y la ayuda del Plan Moves se le podrán restar hasta cerca de 10.000 euros en ayudas. Volkswagen ofrece ahora un renting a particulares por 325 euros al mes con una entrada de 7.500 euros, pero es una opción que limita el kilometraje a 10.000kms al año.

A esta tarifa habrá que sumar la instalación del punto de carga, y la marca ha lanzado un cargador por 1.350 euros ya instalado en un garaje particular (1.850 euros en uno comunitario). Junto a ello, y como parte del programa We Charge junto con la aplicación We Connect ID, Volkswagen ofrece una solución de carga adecuada para cada escenario, basada en una red de hasta 150.000 puntos de carga repartidos por Europa ahora mismo. Como admite cargas en corriente continua de hasta 125Kwh, el ID.3 podrá recargar el 75% de la batería en apenas 30 minutos en los cargadores rápidos.