Cuevas, suites, palacios y conventos restaurados, burbujas para ver las estrellas e incluso un molino transformado en hotel. En Castilla-La Mancha hay multitud de alojamientos únicos y exclusivos que merecen una visita. Hoteles con mucha personalidad y con un trato exquisito que cuentan con habitaciones espaciosas, luminosas y con increíbles vistas. Además, todos ellos disponen de jardines, spa y otras instalaciones para que el huésped disfrute de una experienca única sin necesidad de moverse.