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1 de 9 La Martina (Tarancón, Cuenca)
La Martina es un espacio pequeño, pero agradable y con un encanto especial. Está ubicado en una zona residencial a las afueras de Tarancón y es un coqueto local donde se cuida hasta el más mínimo detalle. Respecto a su cocina, dispone de una amplia carta donde conviven a la perfección recetas tradicionales manchegas con las más absolutas creaciones de vanguardia creadas por el chef Jorge Susinos, siempre con ingredientes de primera calidad. Además del restaurante, tiene un comedor privado, un bonito salón de cristal y una terraza.
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2 de 9 Mesón Octavio (Ciudad Real)
Octavio es un restaurante que late desde el año 1997 al unísono de una madre y tres hermanos -Santiaga, Aurora, José y Belén- y que define su cocina como "emocional" al ser una experiencia que se vive en cada color, en cada aroma y en cada sabor. Es sinónimo de cocina manchega, pero con su punto. Una cocina que ha sabido apoyarse en productores locales para servir de carta de presentación a un legado manchego que hay que contar. Un legado que crece con sus aportaciones. La más dulce y más famosa, las culipardas, que se han convertido en el dulce oficial de la ciudad. Ellos mismos la definen como “la galleta que quiere ser magdalena y sueña con ser mazapán”.
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3 de 9 Las Musas (Campo de Criptana, Ciudad Real)
En un privilegiado emplazamiento, frente a los molinos que inmortalizó El Quijote, se puede disfrutar de los mejores platos del recetario tradicional manchego, así como de algunas elaboraciones más actuales. El local, que ocupa una antigua discoteca y toma de ella su nombre, está en una localidad con mucho turismo, por eso desde los fogones apuestan por una cocina con un marcado sabor manchego, pero también actual. ¿Platos destacados? Las clásicas migas, sus croquetas de cocido o el queso frito de Valdivieso con bizcocho.
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4 de 9 Olea Comedor (Cuenca)
Este establecimiento ofrece una propuesta original y diferente. Sin dar la espalda al recetario tradicional, incorpora con acierto influencias mediterráneas ̶ fundamentalmente italiana ̶ y asiáticas. El chef Eduardo Albiol plantea una cocina bastante personal y diferente. Su único referente son los clientes, por eso están muy atentos a sus reacciones y se atreven con casi todo esperando, finalmente, su beneplácito. ¡Respetan muchísimo el sabor!
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5 de 9 Granero (Quintanar de la Orden, Toledo)
Una casa familiar no exenta de historia, ya que lleva más de medio siglo de servicios. Se trata de una de las joyas culinarias de La Mancha, un restaurante llevado entre hermanos que se presenta con una zona de bar a la entrada, donde sirven el menú del día y raciones, un buen comedor a la carta y hasta una atractiva terraza-patio. Ofrecen una carta de estilo actual con platos tradicionales y algo de fusión, así como un fantástico menú degustación con opción de maridaje. ¿Y la bodega? La gestiona el apasionado sumiller Adán Israel, que siempre recomienda y ensalza los vinos de la zona.
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6 de 9 Don Gil (Albacete)
Fue abierto en 1982 y se ha convertido en un establecimiento de referencia en la cuidad. Presenta una completísima carta tradicional con toques actuales, que incluye guisos, arroces, pescados, carnes, ensaladas y tapas. El negocio, ubicado junto a un céntrico mercado, cuenta con unas luminosas salas de línea clásica, un moderno espacio reservado para eventos y una informal terraza bajo soportales. ¿Su propuesta? Una completa carta de base tradicional con toques actuales, defendiendo siempre la esencia de la cocina manchega (canelones, lomo de orza, arroces, guisos, ceviches...). ¡La variada bodega ensalza, especialmente, los vinos de la zona!
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7 de 9 Palio (Ocaña, Toledo)
En la calle Mayor de Ocaña, Palio realiza una cocina clásica de corte internacional. Mención especial merecen sus panes artesanos que rinden homenaje al abuelo panadero. Su prioridad siempre es que el cliente salga satisfecho, por eso cuidan mucho el servicio e intentan ajustar todo lo posible los precios. La casa, llevada con acierto entre dos hermanos, disfruta de un vestíbulo, un comedor clásico-actual en la 1ª planta y una sala más en el último piso. Aquí proponen una cocina tradicional con elaboraciones actualizadas, visible a través de la carta y especialmente en su popular menú "Palio".
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8 de 9 Mesón Nelia (Villalba de la Sierra, Cuenca)
En una bonita localización del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, este establecimiento rinde homenaje a su tierra con su visión actual de la cocina tradicional conquense. Una casa con buen nombre en la zona, pues el oficio de restaurador ha pasado de padres a hijos durante tres generaciones. Se trata de un bar moderno-funcional, donde también sirven la carta diaria, un comedor con chimenea y un enorme salón para eventos. El chef-propietario propone una actualización de la cocina tradicional conquense, por lo que ofrece platos como la copita de ajoarriero con albaricoque, el bacalao con pisto manchego o las manitas de cerdo rellenas de queso de cabra.
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9 de 9 Azafrán (Villarrobledo, Albacete)
Técnicas actuales y elegancia, aplicadas a los recios sabores del recetario tradicional manchego, son las señas de identidad que caracterizan la cocina de la chef Teresa Gutiérrez, que también ejerce como embajadora de la D.O.P. Azafrán de La Mancha. El equipo está formado íntegramente por mujeres y la carta, de cocina actual y base regional, se completa con dos interesantes menús, el más completo de tipo degustación. Descubra el pan artesano, los quesos manchegos, las posibilidades de la caza en temporada y, cómo no, los platos de su carta dulce, lo que la chef llama... ¡sus "galguerías"!
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La distinción Bib Gourmand, que se incorporó a la Guía Michelin hace algunos años, premia a aquellos establecimientos con mejor relación calidad-precio y sirve como pista de los que podrían convertirse en el futuro en restaurantes con estrella Michelin. En ellos se tiene en cuenta al cliente que quiere comer bien por un precio moderado y la experiencia viene siempre con garantía de satisfacción.
En Castilla-La Mancha hay nueve restaurantes con esta dintinción repartidos por las provincias de Albacete, Toledo, Cuenca y Ciudad Real. En ellos, el precio de una comida de excelente calidad, formada por dos platos -entrante y plato principal- y postre (a veces también incluye bebida), queda por debajo de 35 euros por persona.
Consolidados en el escenario gastronómico de la región, estos son los locales pueden presumir de gozar de esta distinción: