La Hermandad del Santísimo Cristo de la Vega, de la que hay constancia al menos desde 1883, es la primera en procesionar cada Viernes Santo en Toledo. Este 2024, sin embargo, la lluvia lo impidió. Sin embargo, una pequeña tregua meteorológica permitió a los cofrades sacar la imagen del titular desde la Catedral -donde debería haber arrancado la procesión a medianoche- hasta la cercana plaza del Ayuntamiento.
El breve recorrido fue seguido por cientos de toledanos y turistas que quedaron sobrecogidos por la solemnidad del acto y por la belleza de una talla de estilo gótico que es réplica de la original, de autor desconocido y datada en el siglo XVI.
La uniformidad de la Hermandad consiste en túnica de color granate con capuz y escapulario blanco, bordado una corona de espinas y tres clavos. Los hermanos porteadores de las andas, la banda y los menores de 10 años cambian el capuz por capelina.
El Cristo de la Vega regresó a la Catedral después de que, como marca la tradición, los seminaristas toledanos entonasen motetes al paso de la imagen frente a la puerta del Perdón del templo primado.