La Virgen de la Esperanza, como cada año, salía en procesión el martes anterior al Corpus Christi. Acompañada por los cofrades, decenas de toledanos y una banda de música, la imagen ha regresado a su camarín de la iglesia de San Cipriano tras varias horas recorriendo las calles del Casco Histórico de Toledo.
Esta tradición se remonta a año 1200, cuando el Cabildo de la Catedral, el Ayuntamiento de Toledo y los feligreses de San Cipriano agradecieron a la Virgen la desaparición de la peste por donde discurrió la procesión de rogativas.
Como es habitual, a la llegada de la Virgen a San Cipriano, dentro de la iglesia los cofrades organizaron quínolas y repartieron limonada y rosca a los feligreses. Entre ellos se encontraba la concejal socialista Marta Medina.