El Festival de Cine Comprometido de Guadalajara (FESCIGU) ha clausurado su vigésimo segunda edición con gran éxito de público durante los cinco días de celebración. Tras el cambio de sede de Guadalajara a Azuqueca de Henares por la falta de apoyo del Gobierno local de la capital, el festival ha sido acogido calurosamente por el Ayuntamiento azudense y sus vecinos. Durante la gala de clausura, el alcalde Miguel Óscar Aparicio, el presidente de la Diputación, José Luis Vega, y el delegado de la Junta, José Luis Escudero, felicitaron a la organización y reivindicaron la importancia de defender la cultura. En este sentido, Escudero ha asegurado que "es paradójico que quien se afana por expulsar la cultura, también lo haga por expulsar a las personas que vienen de fuera. Algo a lo que el público del festival ha respondido firmemente en contra", ha dicho, en alusión a premios como el otorgado por el público al corto "Los cayucos de Kayar", dirigido por Álvaro Hernández Blanco y protagonizado por el senegalés Thimbo Samb, contando su propia historia, o el Primer Premio Picazo al Mejor Cortometraje que ha recaído en “Europa”, dirigido por Ekain Irigoien y que optará también a los premios Goya.